Contexto: En noviembre de 2021 el Congreso emitió la convocatoria para elegir a quien ocupará la titularidad de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo. 12 personas participan en el procedimiento para la elección de quien presidirá este organismo. El 22 de diciembre de 2021 se votó una terna de donde debió salir electa la persona titular. Sin embargo, de esta terna, ninguna de las personas propuestas obtuvo la votación requerida legalmente, es decir 20 votos de quienes integran el Congreso local.
A partir de ese momento surgió un hermetismo por parte de la legislatura y una serie de dudas, especulaciones e hipótesis por parte de la sociedad. El imaginario colectivo y de quienes aspiran al cargo se dejaron expuestos. Se formaron conjeturas públicas en torno a la elección: si se someterá a votación del pleno la misma terna, si solo serán las dos personas que obtuvieron mayoría de votos, si se considerará la paridad, si lograrán un consenso para emitir un solo nombre, etc.
Entre todas las manifestaciones públicas y las teorías del caso, merecen resaltarse situaciones que, después de la fallida votación, quedaron evidenciadas:
Aún no existe una transformación que logre erradicar las directrices políticas, esas que impiden la libre decisión de quienes integran la legislatura, que nos recuerdan una frase cantinflesca “A sus órdenes jefe”. La discrecionalidad sigue siendo eje de todo procedimiento para la elección de un cargo público, las cuotas y cuates son base en la toma de decisiones. Los vacíos en la ley generan incertidumbre, favorecen la suspicacia y alimentan la imaginación colectiva, nuestra legislación no es previsora y por lo tanto ante el problema, la conjetura es la primera respuesta.
Si existiera una cultura de mayor lectura, entonces sabríamos que, para esto que parecería un misterio sin resolver, podemos tomar como referencia la ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual en su artículo 10 TER expone que cuando no se logre la votación requerida para elegir a la persona que será titular, se debe presentar una “nueva terna”, esto tantas veces como sea necesario hasta lograr la votación requerida. Lo que obviamente no excluye a ninguna de las 12 personas que participaron en la convocatoria. “nueva terna” implica nuevos nombres o nuevas combinaciones de nombres, no los mismos, como erróneamente se ha pensado.
¿Qué sucederá con la CDHEH? ¿Se logrará el consenso? ¿Se propondrán nuevas opciones en la terna? ¿Seguirá sujeta a lo que parecen caprichos políticos dentro del Congreso? Lo verdaderamente necesario es que los derechos humanos sean una realidad y no un simple discurso en Hidalgo.
Por: Nubia V. Paredes
Soy orgullosamente mexicana, abogada de profesión, especialista en derechos humanos por vocación, analista de derechos políticos por pasión y filántropa por convicción. Y para mitigar la curiosidad soy acuario.
