Violencia-educación, una compleja relación

Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016 (XVIII)

Resumen sobre Género

Creación de Futuros Sostenibles para Todos

(tomado del documento homónimo publicado por la UNESCO)

 

La intersección entre la violencia y la educación es compleja. La educación puede incitar a la violencia o ayudar a prevenirla, pues los centros escolares pueden ser lugares en los que se asiente la violencia, y los conflictos y la violencia localizada pueden tener gravísimas consecuencias negativas en la educación de los jóvenes.

Las amenazas a la seguridad de las personas que van o vuelven de la escuela, así como las que se producen en su interior, son obstáculos para el acceso de niñas y niños a la educación. La destrucción deliberada de instalaciones escolares ha sido una práctica antigua en todo conflicto. Los ataques a escuelas se multiplicaron por 17 entre 2000 y 2014, y las escuelas de las niñas fueron el objetivo de los ataques tres veces más que las de los niños (National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism, 2016).

Muchos tipos de violencia perturban la escolarización. En 18 países de África Subsahariana, la violencia de género –medida en términos de violencia por parte de la pareja, el matrimonio temprano y la mutilación genital femenina– tuvo repercusiones negativas en la escolarización de las muchachas.

Las experiencias de las madres sobre violencia de género y las actitudes hacia ella tienen incidencia en los resultados educativos de los hijos. La aceptación de la violencia por parte de una madre cuando discute con su marido se asocia con una menor asistencia de la hija a la escuela.

En las Comoras, Mozambique y Sierra Leona, en el caso de niñas cuyas madres justificaban la violencia de su pareja, la probabilidad de asistir a la escuela era, respectivamente, un 42 %, 25 % y 15 % menor que la de las niñas cuyas madres no la justificaban.

Todos los datos apuntan a que los hombres que tienen una visión más rígida de la masculinidad son más proclives a utilizar la violencia contra las mujeres y las niñas y a derivar hacia comportamientos autodestructivos, como el consumo de drogas y alcohol, y a conducir a velocidades peligrosas. Cuando se niega a los jóvenes la posibilidad de tener una educación de calidad, en muchos casos la pobreza, el desempleo y la desesperación resultantes pueden derivar en estilos de vida de riesgo.

Un estudio efectuado en 120 países a lo largo de 30 años concluyó que los países con un gran número de jóvenes tenían menor probabilidad de experimentar conflictos violentos si sus jóvenes tenían niveles de educación elevados.

En Sierra Leona, los jóvenes sin escolarizar tenían una probabilidad nueve veces mayor de unirse a las fuerzas rebeldes que los que habían cursado por lo menos estudios de secundaria. En Brasil, las tasas de violencia y de muerte violenta son especialmente elevadas entre los jóvenes de las zonas urbanas, donde la falta de educación y de oportunidades de empleo puede llevarles a integrarse a pandillas y a comerciar con drogas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2012, en todo el mundo, el 82 % de las víctimas de homicidios eran hombres, y que la tasa de víctimas de homicidio en los hombres de edades entre 15 y 29 años era seis veces superior a la de los hombres entre 15 y 39 años.

Hay que erradicar la violencia de género en la escuela

La violencia de género que se produce en la escuela y sus alrededores es un problema serio y extendido. Los actos de violencia o las amenazas en el ámbito escolar comprenden la violencia psicológica, física y sexual. Tienen lugar en las instalaciones de los centros escolares, pero también de camino a la escuela o de vuelta a casa, en las casas y en las redes sociales.

Cada vez son más numerosas las encuestas a gran escala, a lo largo y ancho de los países y en los propios centros, que aportan datos sobre violencia escolar. Algunos países han establecido sistemas de seguimiento consolidados, pero en términos globales, faltan datos sobre la prevalencia de la violencia escolar a nivel mundial.

La violencia de género en la escuela debilita considerablemente la igualdad de género. Afecta a la asistencia a clase y a los logros educativos de chicas y chicos tanto en los países pobres como en los ricos. Por ejemplo, los alumnos afectados por acoso escolar en Botsuana, Ghana y Sudáfrica tienen menor rendimiento académico que los que no lo sufren.

Las experiencias de este tipo de violencia suelen tener una base de género. Los chicos tienen mayor tendencia a padecer alguna forma de maltrato psicológico y físico, como el acoso o el castigo corporal, mientras que las chicas suelen sufrir violencia sexual.

La Encuesta Mundial sobre Salud Escolar (GSHS) puso de manifiesto que muchos adolescentes, chicas y chicos, eran objeto de acoso. Entre 2010 y 2012, los porcentajes de denuncias de acoso en los últimos 30 días presentadas por adolescentes variaba considerablemente, desde el 11 % en los chicos y el 15 % en las chicas en Barbados, hasta el 69 % en los chicos y el 79 % en las chicas en Samoa.

El acoso difiere según los países, desde la perspectiva de género. En Kuwait, el Líbano y Sudán, el número de denuncias presentadas por chicas es entre el 17 % y el 19 % superior al de los chicos, mientras que en las Islas Cook y Argelia, las denuncias presentadas por chicos son entre el 5 % y el 7 % más numerosas que las de las chicas.

Un estudio de las encuestas internacionales sobre violencia contra menores en el último año en 96 países sugiere que alrededor de mil millones de niños de edades comprendidas entre 2 y 17 años, es decir alrededor de la mitad de la población mundial de esas edades, experimenta algún tipo de violencia.

La violencia sexual incluye el acoso verbal y psicológico, la agresión sexual, la violación, la  extorsión, la explotación y la discriminación en la escuela y sus alrededores. Afecta de forma desproporcionada a niñas y mujeres y tiene una repercusión negativa y destructiva en sus experiencias educativas y en su salud y bienestar.

La encuesta sobre violencia contra los niños aporta datos sobre nueve países y muestra que entre el 27 % y el 38 % de las mujeres han sufrido violencia sexual antes de cumplir los 18 años.

En muchos países, los medios sociales están creando nuevos espacios dedicados al acoso escolar y al acoso sexual, incluido el acoso homofóbico, en los que tanto las chicas como los chicos son a la vez agresores y víctimas de violencia y malos tratos.

Informes recientes muestran que muchos alumnos del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGTB) padecen violencia homofóbica y transfóbica en sus centros escolares, desde el 16 % en Nepal hasta el 85 % en Estados Unidos. Los alumnos que no forman parte del colectivo LGTB, pero que no se ajustan a las normas de género, también pueden ser blanco del acoso. Como consecuencia de ello, muchos se sienten inseguros en sus centros y tienen mayor tendencia a no asistir a clase o a abandonar sus estudios. (Continuará)

Por: Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.






ANDADOR - Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.