El fallido de golpe de Estado en la ciudad de Valencia, en Venezuela, condensa las condiciones lógicas de impotencia de la reacción interna al gobierno de Nicolás Maduro, en un intento que debe haber sido trazado con la anuencia de civiles.
Es cierto que el gobierno de Maduro atraviesa por una crisis que no tendrá un impase, porque la reacción civil en contra ya dibujó en la brújula de la resistencia su movilización y acción, por lo que el diálogo queda descartado, y si a ello se le suma el hecho de que la Asamblea Constituyente que le daría mayoría en el congreso a Maduro, y por ende la posibilidad de legislar, no ha sido aceptada por la oposición, las cosas se pondrán más al rojo vivo.
Nada de lo que haga el gobierno de Nicolás Maduro habrá de satisfacer a la oposición, cuyo ultimátum es que el presidente entregue el mando y se llame a elecciones libres. Pero esto no pasará y de esta manera se presagia que la intentona de golpe de Estado se habrá de volver a presentar.
Lo que por cordura e inteligencia es inaceptable, es el hecho de que muchos medios a nivel internacional, así como fuerzas políticas, se encuentren alentando al golpismo en Venezuela, camino que traería las sombras de las dictaduras que aquejaron a América Latina entre los años 60 y 80, y que dejaron una estela de muerte, tortura y genocidio sin precedentes, los casos de Videla y Pinochet lo ilustran.
El golpismo es inaceptable, nadie que pueda entender y pensar la realidad puede alentar esta situación.
Es verdad que Venezuela vive un momento álgido, pero deben y pueden existir mecanismos dentro del Estado Democrático de Derecho que permitan solucionar esta crisis política y pasar a construir otro escenario en la tierra del libertador Simón Bolívar.
Es evidente que Maduro requiere ofrecer algún contrapeso para la oposición y encontrar mecanismos de negociación y pacto social, de lo contrario la mesa está puesta para que la reacción civil encuentre una vértebra de quiebre del constitucionalismo del ejército venezolano y pueda acceder al poder por la vía armada.
Existen intereses creados sobre el petróleo venezolano, miremos más allá de lo evidente y entenderemos que la lucha de la burguesía nativa no es por la libertad.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
