Redacción
El gran reto para la administración de Omar Fayad será limpiar el “cochinero” y evitar la corrupción generalizada que aqueja a la educación en el estado de Hidalgo, ya que el profesorado ha estado sujeto a mecanismos de control por parte de organizaciones sindicales como el SNTE, y es el momento de terminar con esa problemática ahora que la dirigencia de la Sección 15 está por ser renovada.
Así lo afirmó el politólogo hidalguense Pablo Vargas, quien este martes publicó en “15 Diario” su columna titulada SNTE Hidalgo: ¿nueva imposición? (puedes leerla íntegra en este enlace: http://www.15diario.com/hemeroteca/15diario/hemeroteca/2017-03-14/vargas14.html).
En el texto, Vargas González recuerda los manejos que han tenido en el ojo del huracán a la famosa Sección 15, que incluso el pasado fin de semana fue blanco de una petición de juicio político por parte de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Ante la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo, los centistas dieron cuenta, con pruebas en mano, “del asalto y saqueo generalizado que se realizó y aún se realiza en la SEP local y contra el magisterio hidalguense. A este juicio se suman las miles de notas en redes sociales de las raterías y enriquecimiento inexplicable de “líderes” y diputados del Panal”, apunta Pablo Vargas.
Agrega que los maestros de la CNTE “denunciaron una gran cantidad de tropelías, no sólo que Sinuhé Ramírez y su gente se plegaron dócilmente a ser los verdugos locales que aplicaron la “reforma educativa” y a ser fieles sirvientes en las elecciones locales, donde fungieron en alianza política, sino en actos que configuran corrupción y delitos que deben ser investigados de manera inmediata”.
En su columna, el politólogo menciona los actos de corrupción en que cayeron los líderes de la sección 15 del SNTE: “venta de plazas de maestros (…) No hay ningún informe sobre cuotas sindicales de 44 mil trabajadores en cinco años (se calculan en este rubro 478 millones de pesos). Tampoco hay información sobre la Caja de Ahorro; desvío de recursos; mal uso de infraestructura y de inmuebles, que deben ser patrimonio de los trabajadores”, entre otras irregularidades.
Pablo Vargas señala que existen más denuncias donde se encuentra la complicidad de la SEP y del propio exgobernador Francisco Olvera y varios altos funcionarios, como Miguel Ángel Cuatepotzo Costeira, Joel Guerrero y Pablo Pérez, personajes que, como todos sabemos, siguen en libertad y sin cargo alguno en su contra.
La dirigencia de la Sección 15 del SNTE quedó en manos de Sinuhé Ramírez tras la intempestiva salida de Mirna García López, a quien el propio Francisco Olvera hizo caer luego que a nivel nacional, Juan Díaz hiciera lo mismo con Elba Esther Gordillo, gran cacique del sindicato.
Este desmoronamiento de estructuras, apunta Pablo Vargas, sucedió lo mismo a nivel nacional que en las entidades federativas. En Hidalgo, los grandes lazos con grupos de poder que había tejido el SNTE, “de nada sirvieron, ya que desde el poder local aprovecharon la oportunidad para descabezar a líderes incómodos e imponer un control sumiso”, apunta la columna.
Pero no solamente Mirna García cayó, “sino también todo el grupo elbista de Hidalgo, que además controlaba la dirección del Partido Nueva Alianza (Panal)”, escribe Vargas.
La llegada de Sinuhé Ramírez, sin educación normalista de por medio, se dio “gracias al apoyo de Moisés Jiménez e inclusive de la propia Mirna García, contra quien, meses después y con el apoyo del gobierno de Olvera, desató una escalada represiva que sacó al grupo elbista de la sección 15 y del propio Panal, en 2014. Atrás quedaron las alianzas entre Elba Esther Gordillo y el gobernador Francisco Olvera, quien ponía la alfombra roja cuando visitaba la entidad”, se lee en la columna publicada en 15Diario.com.
Olvera apoyó incondicionalmente a Ramírez Oviedo, pero hoy, “con una convocatoria para renovar la dirección de la Sección 15, todo se desmorona. El gobierno de Olvera y la Secretaría de Educación Pública terminaron con grandes irregularidades financieras y se destapó la gran cloaca del sexenio, donde muchos altos funcionarios ya estarían en la cárcel, si funcionara la justicia en Hidalgo”, remata Pablo Vargas.