Una nueva lectura política de inmigración

El fenómeno de la diáspora migrante debe ser analizado y evaluado desde una perspectiva de derechos humanos y ser escalado a las dimensiones de sus implicaciones en el inicio de una nueva radiografía de integración social en Hidalgo.

Hidalgo ha visto el serio ascenso del flujo de una migración que ya impacta en condiciones delictivas y que lleva al debate de que no se puede criminalizar a la migración, pero tampoco se puede cerrar el capítulo de una nueva lectura política sobre la diáspora de migrantes.

 

Es perceptible en Pachuca cómo el arribo de migrantes de diversas nacionalidades -de las que destaca Centro y Sudamérica, pero también de personas de Oriente Medio- indica que no se puede asumir que el fenómeno migratorio cuenta con un epicentro de latitudes del continente y tampoco que se trata ya de un tránsito en México de un flujo de migrantes que pretenden llegar a Estados Unidos como destino final.

 

En la radiografía del fenómeno en Hidalgo, no son sólo hombres mayores, sino también jóvenes, mujeres y niños y, al tiempo, una situación poco advertida, la ubica el hecho de que familias completas transitan en este peregrinar migratorio. El ascenso de capitales, inversionistas y trabajadores chinos en México no es un fenómeno transitorio en Hidalgo.

 

Estamos en presencia de un realismo social cruento que no habrá de cesar porque las problemáticas de los migrantes en flujo por Hidalgo y la nación no atienden, como se ha pensado, exclusivamente, a condiciones de la squeda de equilibrio económico, sino también de estabilidad política y emocional que no suelen encontrar en sus países de origen y que está generando una crisis humanitaria en el estado.

 

Las declaraciones de Jorge Reyes, alcalde de la capital hidalguense, al tenor de que en las inmediaciones de la Feria de Pachuca se han encontrado diferentes migrantes trabajando en la distribución de lugares para estacionar vehículos, y que ello ha propiciado molestia entre vecinos y usuarios de la zona es, en todo caso, un fenómeno creciente de autoempleo, el cual ya se traslada no sólo a la informalidad, sino también a la formalidad; lo que implica advertir que el gobierno de estado de Hidalgo ya debe plantear un Plan Integral de Migración.

 

El fenómeno de la diáspora migrante debe ser analizado y evaluado desde una perspectiva de derechos humanos y ser escalado a las dimensiones de sus implicaciones en el inicio de una nueva radiografía de integración social en Hidalgo.

 

En consecuencia, es notorio que los migrantes han empezado a ocupar lugares de inserción social laboral; lo mismo en el sector servicios que en el de la transformación donde en Pachuca ya no es distante ver que trabajan en mercados, en tiendas, en talleres mecánicos, en jardinería y labores, en su mayoría, no profesionales, pero no menos necesarias en consonancia a los requerimientos de mercado.

 

En este escenario debe apreciarse que no todos los migrantes se encuentran bajo el control del Instituto Nacional de Migración.

 

Una nueva lectura política de la migración

 

Es prioritario que el gobierno de Julio Menchaca realice un censo migratorio para perfilar no sólo el número estacionario de migrantes en Hidalgo, sino su capilaridad económica, regularización migratoria, estancia geolocalizada e inserción social para generar un padrón que permita atender a sus derechos humanos, a su estabilidad social y evitar con ello que sean presas de la delincuencia organizada y al tiempo, impedir su degradación social por carencia de oportunidades.

 

Han existido innumerables actos a nivel nacional de persecución a migrantes no sólo por grupos delictivos, sino también por agentes del Instituto Nacional de Migración como los referidos por el Padre Alejandro Solalinde que ha creado una red de protección a migrantes en el área sur del país. Por ende, Hidalgo debe ser pionero y sensible -como lo ha señalado la presidenta Claudia Sheinbaum- en la asistencia a los migrantes (como uno de los capítulos de la inclusión y no discriminación social de la 4T) y entender que este fenómeno social no habrá de cesar.

 

En el activismo político el Congreso local conjuntamente con las autoridades de gobierno deben trabajar un Plan Integral Migratorio que permita evitar los estragos de la confrontación social y el amparo de derechos humanos, dentro de una nueva lectura política de la migración.

 

La prospectiva es clara. La migración es un fenómeno social en ascenso a nivel mundial. México da cuentas sobradas de ello e Hidalgo debe ser un estado de vanguardia política en el tema migratorio.


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