La programación del XL Foro Internacional de la Cineteca incluye el clásico checo Los amores de una rubia, de Milos Forman. Realizado en 1965, es apenas el segundo largometraje del realizador, nacido en Caslav el 18 de febrero de 1932 y muerto en Danbury, Estados Unidos, el 13 de abril de 2018.
Conviene recordar que, en pleno auge del nuevo cine checoslovaco –aún no se había escindido el país por la revolución de terciopelo–, se produciría la invasión soviética, que motivaría el exilio de realizadores como Forman, quien tendría una larga carrera en Hollywood, con obras maestras entre las cuales se encuentran Atrapado sin salida y Amadeus, y otros no tan exitosos, como Ivan Passer.
El guion del propio realizador, Jaroslav Papousek e Ivan Passer está ambientado en la provincia checoslovaca, en donde existía una ausencia de hombres tan notable que había uno de ellos por cada 16 mujeres.
El director de la fábrica local consigue que el ejército destine un destacamento a ese lugar, pero a las jóvenes no parecen importarles los hombres, maduros y casados, en su mayoría. Andula, la rubia del título (Hana Brechova), se interesa mejor por el joven pianista Milda (Vladimir Pucholt); luego de intimar, decide ir a buscarlo a su casa en la capital, encontrándose con una familia tradicionalista que la recibe fríamente.
La cinta conserva un espíritu sesentero, apoyado por una espléndida fotografía en blanco y negro de Miroskav Ondricek y el humor que caracterizó a Forman.
Lasky jedne plavovlasky es, pues, un clásico que hay que ver –se encuentra en YouTube– y que le abrió el camino al Óscar a Los trenes rigurosamente vigilados, un año después.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.