¿Un nuevo PT en Hidalgo?

La proximidad de Noroña al PT Hidalgo comienza a causar dudas sobre las tutelas y control que presenta el Partido del Trabajo por el Grupo Universidad.

Las arremetidas de Gerardo Fernández Noroña -al no haber sido ubicado en el gabinete de Claudia Sheinbaum y tras la calma que devino de su presencia en la composición en el parlamento- ha tenido trazos de acercamiento a las dirigencias del PT a nivel nacional, tratando de delinear una estrategia de contención-obstrucción que le permita ser parte de la izquierda gobernante.

 

Ha trascendido que su proximidad al PT Hidalgo comienza a causar dudas sobre las tutelas y control que presenta el Partido del Trabajo por el Grupo Universidad, el cual ha empezado a experimentar tanto su escisión por la bancada de Morena en el Congreso local como la depuración del partido guinda y el proceso de limpia política en el gobierno de Julio Menchaca.

 

La misiva denominada “La palabra se cumple”, que envió Fernández Noroña a López Obrador, tuvo dos propósitos: asegurar espacios para su fuerza política desde el PT en el gobierno de Claudia Sheinbaum y trazar un plan de contención política.

 

Para variar, frente a la arremetida de Fernández Noroña, López Obrador salió del impasse con un llamado a la disciplina y dando cabida a que la fuerza de la 4T está en movimiento.

 

La reacción de Fernández Noroña no se ha hecho esperar y la misiva “La palabra se cumple” dejó un rastro de impugnación-oposición abierta al gobierno de Claudia Sheinbaum, advirtiendo: “Es un despropósito y una incongruencia monumental que un movimiento que se caracteriza por la lucha por la igualdad de los derechos de todas las personas y cuyo lema es “Por el bien de todos, primero los pobres”, pretenda ahora que hay militancias de primera y de segunda clase de nuestro movimiento”.

 

En los entretelones, el PT Hidalgo se apresta a la reestructuración de las estrategias políticas para consolidar, al igual que el resto de sus expresiones en los estados del país, den el vuelco hacia un esquema de contención-obstrucción a Morena, lo que perfila un reacomodo de fuerzas políticas donde de forma tácita en el PT a nivel nacional e Hidalgo habrá de implementar estrategias políticas de doble filo: gatopardismo y camuflaje político.

 

¿Hasta dónde el léxico asumido por Fernández Noroña en adhesión y respeto a López Obrador, al cual se refiere como nuestro “compañero presidente”, sigue imperando en el propósito de defensa del movimiento de la 4T? y ¿por qué existe una directriz de cambio de ruta en la postura del PT a nivel nacional y en Hidalgo?

 

No está fuera de contexto el hecho de que en la pasada elección del 2 de junio en Hidalgo el PT quedara marginado de la alianza política de Morena Hidalgo, ¿acaso la disputa a título de capital político de Fernández Noroña había sido el prolegómeno de la escisión velada que habría de darse frente a las sombras de los sesgos políticos entre Morena y PT?

 

A título de hipótesis con peso de empírea política, la escisión de Fernández Noroña del gabinete de Sheinbaum marcó una advertencia hacia la depuración de fuerzas políticas de la izquierda, donde no hay cabida para la disidencia beligerante sino para el disenso constructivo que no asume Gerardo Fernández Noroña.

 

Es en está lógica donde los pronunciamientos al PT Hidalgo como una fuerza de contención-obstrucción, ya perfilan estrategias para generar una contracorriente política en el mimetismo que ofrece el gatopardismo y la simulación desde “la izquierda”.

 

Estamos por vivir un reacomodo de fuerzas políticas en Morena Hidalgo, los primeros pasos los dio la composición del Congreso local guinda en un trazo de ruptura y escisión con PT/GU, en un mensaje claro: el poder ni se atomiza ni se comparte.


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