En un escenario que nadie imaginaba y ya rondando, de acuerdo a las cifras oficiales, los 190 mil muertos, en México se cumple un año de la llegada del SARS-CoV-2 y lo peor, con expectativas más bien desalentadoras de que la pandemia termine en un corto o cuando menos mediano plazo.
Hoy todos en nuestro país y en todo el mundo hemos perdido a seres queridos a consecuencia del covid-19: familiares, amigos, conocidos, compañeros de la escuela, del trabajo, cercanos y lejanos, famosos y no famosos, la mayoría adultos mayores pero también mujeres y hombres jóvenes, ricos y pobres, en pueblos y en grandes ciudades.
Recordemos que en México la pandemia inició, oficialmente digamos, el 28 de febrero de 2020, tal vez cien días después de que se dio a conocer del mal cuyo origen, se ha dicho siempre, se tuvo en Wuhan, China, y entonces se reconocía oficialmente que el mal había llegado a nuestro país a través de un hombre menor de 40 años que recién había llegado de Europa, concretamente de Italia.
Todavía en marzo las autoridades sanitarias decían que se trataba de casos bien localizados y “controlados”, sin problema alguno. En opinión de los expertos, ello precisamente hizo que los contagios y decesos se salieran de control. No olvidemos que en las primeras semanas Hugo López-Gatell hablaba de 60 mil muertos en un escenario catastrófico. Y sí, hoy esa cifra habrá que multiplicarla por más de tres veces.
Para fines de marzo de hace un año por fin se comenzaba con algunas medidas más enérgicas, como el cierre de escuelas, de negocios no prioritarios, clubes, restaurantes, cines, teatros, etcétera, pero desde entonces el presidente Andrés Manuel López Obrador hablaba con ligereza del problema que apenas comenzaba.
“No se queden en casa, salgan a comer, yo les aviso cuándo”, nos decía AMLO en un video en el que se le veía alegre y despreocupado comiendo en una fonda de algún pueblo de nuestro México. Con la seguridad y confianza que dan las palabras de un personaje con una alta calificación entre la credibilidad de la gente, nos parece que el gobierno dejaba pasar valioso tiempo que al paso de las semanas y meses se convirtió en decenas de miles de muertos más.
A un año de distancia, somos testigos de discursos fuertes, lapidarios, que reflejan el estado de cosas de un país como el nuestro, con cerca de 130 millones de habitantes. En la semana anterior, el presidente del Grupo Financiero CitiBanamex dijo que “las decisiones del gobierno del presidente están creando una enorme incertidumbre en medio del impacto de la pandemia, que ha trastornado la vida de todos los mexicanos”. Así de simple.
Y todavía agregó Valentín Díez Morodo que en México se presenta un caso especial, pues las circunstancias han coincidido con un cambio de régimen de gobierno cuyas decisiones crean serias dudas en el desarrollo de la economía nacional. Y lo cierto es que no hay argumentos para desmentir, ni siquiera para debatir con este personaje.
Al regresar al tema central de la pandemia y continuar con el recuento de lo ocurrido al año de iniciada, las autoridades de salud y el propio presidente desalentaban, por ejemplo, el uso de cubrebocas y el respeto a la sana distancia. No olvidemos que Obrador apenas interrumpió por breve tiempo sus recorridos por todo el país viajando en “austeros” vuelos comerciales, con todo y que los eventos que llega a presidir se anuncian con asistencia restringida.
Hoy, con la llegada de la vacuna para prevenir, o en su caso disminuir, los daños en la salud de quienes han contraído el virus, soplan nuevos vientos de esperanza, con todo y que –otra vez- el gobierno federal no se ha conducido de forma acertada. Basta sólo conocer y comparar las cifras de vacunados en otros países.
Las cifras hasta finales de febrero nos indicaban que por cada cien habitantes de cada país, en Estados Unidos se había vacunado a 25; en China, a 4; en Brasil, a 5; en Israel, ¡a 94!, para ser el país con el mayor número de vacunados, sin dejar de reconocer que es una nación con menos de 10 millones de habitantes y su población se concentra en un territorio que nada tiene que ver por cuanto a superficie, con el nuestro por ejemplo.
Las cifras de vacunados son muy reveladoras del trabajo de nuestro gobierno, al seguir con la misma métrica de que por cada cien habitantes, en Turquía se ha vacunado a 12; en Italia, a 8; en España, a 9; en Canadá, a 6; en Polonia, a 10; en Marruecos, a 12; en Alemania, a 8; en Chile, a 21; en los Emiratos Árabes a 58 y dejamos al final a México y Argentina, con gobiernos muy similares en políticas públicas, donde sólo 2 y 3 habitantes de cada 100, respectivamente, han sido vacunados. Las cifras hablan por sí solas.
Otra tabla interesante son los porcentajes de quienes han sido contagiados por el covid-19 por cuanto a sus malestares. El 78% presenta fiebre; el 57%, tos; el 31%, fatiga; el 25%, pérdida de olfato; el 23%, dificultad para respirar; el 18 %, escalofríos; el 17%, dolor de cuerpo; el 13%, dolor de cabeza; el 12%, dolor de garganta y el 10%, diarrea.
Hoy, México está considerado como uno de los peores lugares para vivir esta pandemia. Y es que, además, estamos en tercer lugar en el mundo después de Estados Unidos y Brasil en cuanto al número de muertos. Ante este escenario, la recomendación no resulta ociosa: a cuidarnos lo más que sea posible, mientras termina la pandemia o finaliza el actual gobierno. Lo que ocurra primero.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.
