Inaudito: una vez más una tragedia, ahora Tultepec se viste de luto ante la corrupción y la carencia de protocolos en la producción, almacenamiento y venta de fuegos artificiales; cuestiones que le han costado la vida a 35 personas ante la explosión.
Nuevamente las versiones van y vienen, pero las causas no se determinan. Lo peor del caso es que este tipo de tragedias con explosivos terminarían si las autoridades decidieran legislar e impedir esta actividad, porque ante la carencia de protocolos y de probidad de los encargados, seguirán presentándose estos accidentes malditos.
La desolación es de tal magnitud en Tultepec, que el recinto donde se encontraban los locales que venden fuegos artificiales quedó reducido a escombros y el paisaje asemeja a una explosión nuclear.
Las cifras oficiales señalan a 35 personas muertas y 72 heridos, aunado a 100 desaparecidos; cuestión dantesca si la analizamos porque existen relatos sobre restos humanos esparcidos en el lugar, lo que hace suponer que muchas personas volaron en mil pedazos, prácticamente.
Como siempre, las autoridades señalan que se encuentran realizando investigaciones y peritajes para esclarecer las causas del incidente, pero lo que sabemos de sobra es que esto es una cortina de humo para tranquilizar el encono social y para cubrir las espaldas a más de algún funcionario, cuestión que no es una especulación, sino una aseveración, ya que el recinto de los locales comerciales donde se realizaba la venta de los fuegos artificiales estaba inserto en un área habitada.
En el momento de la explosión, muchas personas salieron proyectadas por doquier, al tiempo que la muerte se expandía a una velocidad brutal.
De fondo, ¿cuántos casos como el de Tultepec deben ocurrir para que se regule, controle o extinga este comercio?
Si la respuesta es que no se debe cancelar la venta de fuegos artificiales, ¿cómo asegurar que su producción, distribución y venta sea segura?
¿Debe reconstruirse el mercado de San Pablito, que era el más “seguro” del planeta para la venta de fuegos artificiales?
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
