Trump no se cansa de jugar con fuego, esta vez va muy lejos al querer intimidar a Hasan Rohani, jefe del Estado iraní, quien ha señalado que, de existir una guerra entre ambos países, sería “la madre de todas las guerras”.
El frente que ha abierto Trump en contra de Irán es peligroso porque, si pretende crear una guerra psicológica, se equivoca, más aún cuando hay que señalar que Irán es un país musulmán que no es árabe, por lo que el comportamiento de la sociedad es distinto.
¿Cuántas historias más requiere el mundo sobre la estupidez de Trump para seguir en la cuerda floja?
Con el paso de Trump en Washington nos hemos acostumbrado a la política de la pólvora mojada, porque suele increpar a sus adversarios políticos, y aunque la mayor parte de las veces “no hace daño”, sí causa incertidumbre, salvo con la guerra arancelaria con China que ya asustó a diversos países, dando inicio a negociaciones en diferentes cumbres, como la Helsinki y la del G-20 en Buenos Aires, sin que hasta ahora las cosas se apacigüen en el planeta.
De todos modos, Juan te llamas: a Trump le vale madre amedrentar o tratar de amedrentar a cualquier líder mundial, porque los mira como inferiores desde su lógica empresarial, porque piensa que conducir a un país es entrar al salvajismo del mercado inmobiliario al que está acostumbrado, cuestión incierta que pone los pelos de punta ante tanta pendejez.
Trump no advierte en su retórica del perverso y omnipotente, que no todos los líderes del mundo son prudentes y lo tiran de loco, también existen líderes como el Jefe de Estado Iraní, que no aguantan este tipo de bravuconerías y que saben que tienen la fuerza para responder a un abuso o intento de él, esto es claro y genera una incertidumbre mayúscula en el planeta.
Trump juega con fuego, pero es como los vendedores pirotecnia de Tultitlán, quienes piensan siempre que un petardo no les estallará en las manos, pero cuando sucede, el fuego se vuelve tragedia de muerte.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.