Después de casi tres décadas, en el Congreso de la Unión se reafirma la solidaridad con Cuba en contra del bloqueo impuesto por Estados Unidos. Luego del acercamiento entre ambas naciones en 2014, la relación se ha vuelto a tensionar con la política anticubana de Donald Trump.
Recordemos que el 17 de diciembre de 2014, Washington y La Habana sorprendieron al mundo al anunciar un acercamiento luego de medio siglo de disputas, donde el presidente de entonces, Barack Obama, reconoció que el bloqueo económico no había servido de nada y era necesario revisar las relaciones con Cuba, lo que hizo posible su visita de Estado a La Habana.
Sin embargo, hoy a Trump parece importarle poco la amistad con Cuba y busca algún pretexto para intentar asfixiar a la isla cerrando las embajadas reabiertas en 2015, luego del bloqueo económico impuesto en 1962, en busca de reconocimiento de la comunidad cubana en su país de cara a las elecciones. De ahí que Estados Unidos haya vuelto a incorporar a Cuba en su lista de países que apoyan el terrorismo y que insista en la violación de los derechos humanos en ese país.
En una entrevista reciente a Carrie Filipetti, jefa del Departamento de Estado de Estados Unidos responsable de Cuba y Venezuela, “era difícil imaginar que la relación mejore significativamente, a menos que el gobierno cubano tome medidas concretas para permitir voces disidentes, respetar los derechos de su gente y cese sus actividades maliciosas en la región”, con lo cual fijaba la postura del gobierno estadounidense respecto a Cuba.
En la entrevista, Filipetti precisó que “las violaciones de los derechos humanos del régimen de Castro continuarán costándole caro y nuestras sanciones están asegurando esto”, olvidando que hay un nuevo gobierno que encabeza el presidente Miguel Díaz-Canel y un primer ministro, Manuel Marrero Cruz, nacido un año después de impuesto el bloqueo económico contra Cuba; ambos hijos de una Revolución que devolvió a Cuba la dignidad, después de años de atropellos coloniales de España y Estados Unidos.
En noviembre próximo, en el seno de la Organización de las Naciones Unidos (ONU), de nuevo se debatirá el levantamiento del bloqueo a Cuba. En este contexto, en México la presidenta de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la senadora Mónica Fernández Balboa, dio a conocer un pronunciamiento en el que exhorta a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a presentar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas una solicitud para que se levante de inmediato el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba.
Después de 28 años, cada año en el seno de la Asamblea General de la ONU se somete a votación el levantamiento del bloqueo estadounidense contra Cuba. En 2016, de manera rotunda se aprobó una resolución que obtuvo el apoyo de 191 de los 193 Estados miembros y por primera vez Estados Unidos e Israel se abstuvieron; fue entonces que la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, afirmó que el proyecto propuesto era un ejemplo perfecto de por qué la política de su país de aislar a Cuba no funcionaba. En la última votación en 2019, la resolución se aprobó con 187 votos a favor, 3 votos en contra, los de Estados Unidos, Israel y Brasil, y 2 abstenciones, las de Colombia y Ucrania, mostrando la fractura de la posición latinoamericana y caribeña.
El bloqueo económico ha ido mutando desde 1962 para endurecerlo y acabar con la Revolución, hasta llegar la Ley Helms-Burton Act., acabando con la posibilidad de hacer negocios dentro de Cuba o con su gobierno por parte de ciudadanos estadounidenses; pero también se han impuesto restricciones sobre el otorgamiento de ayudas públicas o privadas a cualquier sucesor del gobierno de Cuba e impuesto sanciones a empresas de otros países que hagan negocios con él.
No hace mucho tiempo el mundo aplaudió el relanzamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Aunque parece haber pasado mucho tiempo cuando Barack Obama y Raúl Castro aparecieron juntos y sonrientes frente a la prensa en La Habana, lo cierto es que hace apenas cinco años de ese encuentro histórico la llegada de un hombre desorientado a la Casa Blanca, el presidente Trump, terminó con el sueño de iniciar una nueva era de fraternidad y respeto entre las naciones del continente americano, donde la derecha parece ganar terreno frente a los errores de la izquierda nacionalista.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.