La violencia en Hidalgo ya no puede ser vista como un fenómeno esporádico. A pesar de las declaraciones del secretario de Seguridad Pública, Salvador Cruz Neri, quien afirmó que los recientes homicidios son “hechos aislados”, los datos y la realidad demuestran lo contrario.
La mañana de su comparecencia en el Congreso, tres cuerpos sin vida fueron encontrados en Epazoyucan, sumándose a otros 12 cadáveres hallados en las últimas dos semanas. ¿Podemos seguir llamando “aislado” a un evento que se repite constantemente?
Cruz Neri insistió en que Hidalgo sigue siendo uno de los estados más seguros de México, pero los números y los hechos recientes generan dudas sobre esa afirmación. Desde los seis jóvenes asesinados en San Agustín Tlaxiaca hasta otros episodios violentos en Tizayuca y Mineral de la Reforma, la realidad está lejos de coincidir con el discurso oficial. Los delitos de alto impacto, según el Índice de Paz, han ido en aumento, y la normalización de la violencia es alarmante.
Durante la comparecencia, la diputada Montcerrat Hernández criticó fuertemente la postura del secretario, señalando que clasificar estos eventos como “aislados” es un grave error. ¿Cómo podemos tratar como casos excepcionales las desapariciones y asesinatos que ocurren con tanta frecuencia? Para muchos, esta afirmación refleja una desconexión entre las autoridades y la realidad que viven los ciudadanos.
Aunque Cruz Neri insiste en que la inseguridad es una cuestión de percepción, la aparición de cuerpos en caminos y municipios de Hidalgo demuestra lo contrario. La inseguridad no es sólo percepción, es una realidad que afecta cada vez más a la población.
La aparición de estos tres cuerpos en Epazoyucan, justo antes de una comparecencia sobre seguridad, parece más que una coincidencia. Es un recordatorio urgente de que la violencia en Hidalgo no puede seguir siendo minimizada o ignorada por las autoridades. Es momento de dejar de hablar de “hechos aislados” y aceptar que la violencia es una constante en el estado, que requiere atención inmediata y soluciones concretas.
Por: Adalberto Peralta Rosales
Nací el 3 de enero de 1984 en Tehuacán, Puebla; mi único hogar ha sido Pachuca, Hidalgo, y así seguirá siendo hasta que me muera. "La escuela nunca me gustó y nunca fui buen estudiante", por lo que jamás me interesó titularme. Ejerzo el periodismo desde hace varios años, he aprendido que para escribir se tiene que leer mucho y tener muy pocos amigos. "Y si me ven contento es porque trabajamos derecho. De vez en cuando me enfiesto...".
