No se trata de una epopeya romana en el Senado, pero podría serlo. El panismo está de luto frente al voto emitido en el Senado por Miguel Ángel Yunes Linares, quien a título de “limpiar el honor de su hijo”, en una jugada de suma cero, dio el voto de calidad que permitió aprobar la reforma al Poder Judicial.
La naturaleza del sistema político en México se ha tropezado con las anomias de su autoritarismo frente a su degradación. El doble estándar que manejó el antiguo régimen para crear un discurso inverosímil sobre la democracia que oscilaba en: “si es democracia de derecha es buena, si es democracia de izquierda no es democracia”. Esta arenga retórica se encuentra ahogada frente a los cambios de forma y fondo que experimentará el sistema político en el esquema obradorista que derrocó el monopolio de la justicia del Poder Judicial, en una batalla perdida para la oposición ante la fuerza del voto ciudadano del 2 de junio que precedió a la tormenta y traición en el Senado.
En Hidalgo, en una alianza frente a las heridas políticas del 2 de junio, la oposición que encarna PRIAN-MC+PT/GU presenta una idea errónea y una concertación política fallida, frente a la reorganización del Congreso local que comanda Andrés Velázquez y que toma bríos frente a la reforma aprobada del Poder Judicial.
Esta alianza opositora asume que la obstrucción política, que inicie en el Congreso local de Hidalgo, habrá de crear un capital político que le permita incrementar su presencia política y social y, con ello, empujar materialmente al gobierno de Julio Menchaca a acuerdos y negociaciones que generen un “piso de control” en las Rutas de la Transformación y obstruyan la 4T.
En este trazo de lobby de presión política, la alianza PRIAN-MC+PT/GU se tropieza con la operación del Plan Claudia, que va más allá de una reforma al monopolio de la justicia del Poder Judicial. En los hechos, el Plan Claudia fue creado para profundizar el poder político del bastión Morena en el país, por lo que no existen espacios amplios de negociación política y mucho menos en Hidalgo, donde el eje estratégico de la centralidad metropolitana con la Ciudad de México y el Edomex ya impone una estrategia de concentración del poder político.
MC ha jugado en esta alianza un papel matrero. Se esconde de manera tácita para avizorar que si vienen tiempos políticos en contra de las fuerzas del antiguo régimen pueda recular y salir sin mácula por aquello de que “hay pájaros de mala nota que cruzan el pantano y no se manchan”, cuestión que no quedará indeleble en la memoria del Plan Claudia si Movimiento Ciudadano crea alguna incertidumbre a nivel nacional.
PRIAN-MC+PT/GU ignoran que el poder de un gobierno hegemónico y de un partido hegemónico no traza acuerdos si no experimenta una crisis de legitimidad ciudadana. Esta condición está muy lejos de presentarse desde la arena de la disputa del monopolio de la justicia desde el Poder Judicial, donde su reforma ya fue asumida como un eje rector del empoderamiento que presenta Morena como gobierno hegemónico y como partido hegemónico.
Las fuerzas del antiguo régimen acusaron que el gobierno de López Obrador había polarizado a la sociedad mexicana y a las fuerzas políticas, lo cual sólo era narrativa sórdida porque, en los hechos, el político tabasqueño desde su púlpito mañanero se cansó de mandar mensajes a la integración y paz social en los propósitos de la arena política. Empero, son las fuerzas de la vieja política las que pretenden obtener dividendo tratando de crear una polarización social de la contienda política que vive el país.
Es evidente que la concertación de la alianza PRIAN-MC+PT/GU, antes y después de la derrota en el Senado por el monopolio de la justicia en el Poder Judicial en Hidalgo, está construida para polarizar y atomizar las fuerzas políticas frente al bloque hegemónico de Morena.
Se precipita el tercer año de gobierno de Julio Menchaca y, por si no lo han advertido las fuerzas políticas del antiguo régimen, se están trazando los instrumentos de operación política en las acciones del Plan Claudia en la consolidación del “Plan Hidalgo” para el afianzamiento del bastión y marea guinda.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
