Los dos equipos de expansión las Algodoneras de Unión Laguna y las Naranjeras de Hermosillo apenas y superaron la docena de triunfos entre ambos, por lo que fueron meras comparsas de la temporada.
El equipo femenil de los Diablos Rojos trata de repetir la receta campeonil de los hombres, y armó un trabuco que quedó en primer lugar con 23 ganados por apenas 5 derrotas.
Las Bravas de León la siguieron en segundo lugar con 20 ganados y 8 perdidos, convirtiéndose en una grata sorpresa.
Las dos finalistas de la temporada pasada Sultanes y Charros quedaron en tercero y cuarto lugar. Las norteñas ganaron 19 y perdieron nueve.
En cambio, las campeonas calificaron hasta el último día al blanquear al México por dos carreras a cero, quedando con 13 triunfos y 15 derrotas, apenas un juego arriba de Tabasco y Veracruz que terminaron 12 victorias por 16 derrotas.
Los playoffs quedaron conformados de la siguiente manera, Diablos contra Charros, que el año pasado eliminaron a las escarlatas en la primera ronda y Bravos contra Sultanes.
Lo malo del asunto es que este año se ha copiado la receta de la Liga Mexicana y los equipos están repletos de extranjeras en detrimento de las jugadoras nacionales como lo demuestran las jugadoras norteamericanas de los Diablos Rojos Jazmyn Jackson que acaparó la triple corona de bateo con .519, 10 cuadrangulares y 32 producidas, o la lanzadora californiana Megan Faraimo que hizo lo mismo en pitcheo con 14 victorias, 1.33 en carreras limpias y 130 ponches.

Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.