En el cierre de campaña de Xóchitl Gálvez gritó “Viva la libertad, carajo”, consigna de la ultraderecha argentina de Javier Milei; mientras las veladoras aparecieron como lo hizo en el inicio de la campaña presidencial, sólo que esta vez no para advertir que México vivía en el terror y el miedo, sino con el halo de esperanza de ganar la elección presidencial, realidad que jamás se concretó.
En el escenario de las arengas en Tepatepec aparecieron consignas y signos de ultraderecha que la candidata de “Fuerza y Corazón por México” había perfilado una semana antes en el panorama de la Marea Rosa, que al grito de “libertad y democracia” hacía un llamado a despertar de la opresión izquierdista y de la tiranía de López Obrador.
Tepatepec, en las visitas de Xóchitl Gálvez a su tierra natal, había presentado opiniones divididas en favor y en rechazo político de la ciudadanía con respecto a su candidatura. Empero, en un “gesto de humildad y de legado de raíces”, la candidata sin partido (porque en la contienda electoral Gálvez se cansó de señalar que no era panista), avivó la esperanza de la oposición invitando a una fiesta democrática, la cual empezó a arengar con una retórica de ultraderecha, siendo que toda la campaña se mantuvo sin mencionar la tendencia política de su alianza, ni siquiera para hablar de la izquierda, sino de los desaciertos del gobierno en turno y de los peligros para el porvenir de México.
El evento habría transcurrido con normalidad, de no ser porque venía precedido de un evento en San Juan del Río, Querétaro, donde avivó fuerzas acusando al gobierno de haber instaurado “una fiesta de criminales”, lo cual siguió avivando en Tepatepec, al vaivén de ¡Viva la libertad, carajo!, que fue coreado por el público asistente.
SUBTÍTULO H2
¿Cómo surgió el discurso de ultraderecha de Gálvez en Tepatepec?
Al calor de las arengas del cierre de campaña, Xóchitl Gálvez hizo un sincretismo tácito entre el ateísmo de Claudia Sheinbaum y su adhesión religiosa católica, ello para tratar de manera análoga de hablar del bien frente al mal, lo que se unió a las veladoras que no faltaron entre la multitud, lo cual perfiló el evento hacia una especie de “misa negra”. Inclusive, sembrando cizaña sobre la visita de Sheinbaum con el Papa Francisco en el Vaticano, imagen que, por cierto, impugnó en el tercer debate presidencial.
La prendida de veladoras en el inicio de campaña de Gálvez se marcó a las 12 de la noche, hora que, para las “fuerzas ocultas y espíritus del más allá”, es en la que se presentan. Tal condición, aunque parezca irrisoria, se presentó para invocar fuerzas espirituales que incidieran en las terrenales, al estilo del Ku Klux Klan, pero sin poder apelar a la supremacía blanca, sólo que en el cierre de campaña se cambiaron las capuchas blancas por mantos de colores y vestimentas tradicionales.
En este escenario se prodigaron los signos y retóricas que usa la ultraderecha a nivel internacional: patria, familia, libertad, democracia. Desde luego, no podía apelar en este discurso a la igualdad social, porque esa es una consigna de la izquierda; la derecha siempre quiere libertad, pero sin igualdad social.
El escenario en Tepatepec fue climáticamente de ultraderecha, condición que ni el mismo panismo ha dejado ver con nitidez por temor a encontronazos con los sectores vulnerables y desposeídos que son un espacio de votantes fructífero al que hay que cautelar.
Tepatepec vivió la misa negra de la ultraderecha, en donde Xóchitl Gálvez, como una sacerdotisa, lanzó la última plegaria que semanas antes había sido acompañada por párrocos que pedían el voto para la alianza de “Fuerza y Corazón por México” desde el púlpito; es decir, una misa política para apuntalar la misa negra de la ultraderecha. ¡Viva la libertad, carajo!
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
