Luego de propinar paliza con blanqueada a la mafia del poder, el equipo MORENA prepara una novena gubernamental para dejar el juego de campaña y entrar a una etapa diferente en las grandes ligas presidenciales. La estrella del equipo de los pejistas es el tenaz y experimentado jonronero Andrés Manuel López Obrador, nadie como él al momento de buscar la Presidencia. Digamos que es el “Babe Ruth” moderno de nuestra Liga Mexicana, ese que con su solo nombre puede llenar estadios, zócalos y hasta el Estadio Azteca, y eso que no le gusta el futbol.
En torno a él se agrupa un equipo de jugadores sin tanta fama para asumir el cargo en diciembre. Es un selecto grupo que ha pasado del entrenamiento de estadio reducido a los grandes parques de 420 pies en el jardín central. Desde ahora cada actuación de los novatos supone un alto costo para el país, por ello la necesidad de construir un line up poderoso y efectivo en las áreas de bateo y fildeo.
A primera vista los nombres que ofrece la lista del torpedero de Macuspana prevalecen los debutantes, algunos con aciertos, debilidades y quienes son un signo de interrogación porque nadie sabe nada de ellos; éstos prometen convertirse en grandes peloteros. Sin más preámbulo conozcamos a algunos jugadores que cambiarán la franela morena por los colores nacionales (hayan sido o no alguna vez del PRI) en cada una de las posiciones.
El jugador franquicia
Andrés Manuel López Obrador: el jugador más experimentado, con más talento en la ofensiva y defensiva; sabe batear en todas las zonas y ha colocado a su mejor cuadro para apoyarlo en una larga campaña de un sexenio. Con una eficaz fuerza en el discurso, sabe comunicar y esquivar las bolas sucias que le envía la oposición; es su especialidad pegarles a sus adversarios. Conoce bien la tribuna pública y ya gobernó la Ciudad de México. Por esa trayectoria y cercanía con el pueblo se presume que más apostará por estar en el campo y no en la oficina preparando meticulosamente cada estrategia de una larga temporada. Líder visible de un movimiento que busca consolidarse, el Bambino tabasqueño seguirá botándola fuera de los jardines cada mañana que anuncie la agenda en Palacio Nacional, colocando los temas que le favorezcan a su lucha social. Sabedor de lo desgastante de la silla presidencial, buscará delegar a sus subordinados y evitar el desgaste de algunas decisiones controvertidas. Aplausos y vítores acompañarán al presidente López Obrador con esa prensa militante que desde 2006 lo sigue por todo el país y le celebra todos sus discursos.
Olga Sánchez Cordero, la ruda magistrada en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, será la primera mujer en ocupar el Palacio de Covián en la Secretaría de Gobernación. La carismática responsable de la política interior tiene la encomienda de generar en el corto plazo el diseño de la política de seguridad, pacificación y reconciliación nacional. Con el poder experimentado de un poderoso tolete, la fuerza de la funcionaria será la garantía de la seguridad nacional, en síntesis: más guante y menos bat.
La promesa
Luisa María Alcalde, abogada de 30 años de edad, representa el rostro más fresco del gabinete del naciente gobierno. Con más ímpetu que trayectoria, la próxima secretaria de Trabajo y Previsión Social busca sumar imparables al ofrecer una cartera de nuevos empleos al demandante sector de jóvenes que han etiquetado como “ninis”. Con un gran manejo de la comunicación política, llegó el momento de hacer las jugadas decisivas para respaldar el juego sin hit ni carrera de la administración pejista.
El jugador más débil
Un dolor de cabeza ha sido incluir en el equipo a Marcelo Ebrard. El expriísta, exsecretario de Seguridad Pública y exjefe de Gobierno reaparece en la escena pública en un campo diferente a los cargos que ha realizado tradicionalmente. Desde la plataforma de canciller, el vapuleado pelotero buscará al menos mantener una postura defensiva ante el acoso de la política estadounidense, el muro y el bloqueo económico. En un cargo en el que se impone la diplomacia, al temperamental último bat del cuadro han pensado colocarlo temporalmente en el puesto, esperando que al primer revés sea sustituido por el primer designado: Héctor Vasconcelos. Fuertes conflictos internacionales se avecinan en una cartera de enorme tradición que por inocencia terminó en manos del robusto y desinflado bateador encomendado. Para muchos, Ebrard es un cartucho quemado, habrá que ver si le queda algo en ese guante que ya no cacha ni un resfriado.
Estos son algunos nombres de una larga lista de jugadores que llegarán por primera vez al Poder Ejecutivo, veamos si tienen los arrestos para estar en el máximo circuito o por decreto serán devueltos a las ligas menores; veremos quiénes terminan en el olvido o en el juego de estrellas.
Por: Mario Ortiz Murillo
Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.