Capitalismo navideño

Me encantaría que la Navidad y Santa Claus no le perteneciera a Coca-Cola. Sería lindo volver a Dickens donde el “Cuento de Navidad” encarama la libertad del espíritu y destierra la codicia del capitalismo navideño, entregando paz y amor. Amor, qué palabra tan prostituida que en el capitalismo navideño es apetito oscuro e insomnio comercial.

Me gustaría volver a ser niño.

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