Uno de los más graves problemas de los últimos tiempos de la Liga Mexicana de Béisbol es la elección de su presidente. En base a criterios comerciales nombran a oscuros personajes a los que no les gusta el rey de los deportes, pero ven el puesto como una plataforma para su bienestar económico. Ese fue el caso de Javier Salinas que en escaso un año cometió tantos errores, de los que aún no se repone la liga.
El pentatleta y oscuro funcionario Horacio de la Vega va por igual camino pregonando que la liga vive su mejor momento, con grandes asistencias en algunos estadios, pero no menciona que son ínfimas en otros. Campeche no se recupera del año que se pasó en gira el equipo, y las nuevas franquicias de Querétaro y Chihuahua cuya expansión él impulso sufren graves problemas económicos.
La peregrina idea de permitir 20 extranjeros por equipo, para olvidar el problema de las actas falsificadas, estaba justificada por el argumento del presidente que “obligaría al pelotero mexicano a superarse”.
Un argumento que le está cobrando factura al futbol, a donde De la Vega había amenazado irse y desgraciadamente no lo hizo, con una mediocre selección que eslabona fracaso tras fracaso.
Como otro de sus errores se ha anunciado la suspensión de la liga invernal, que era un circuito de desarrollo para los nuevos valores.
Pero a los gastados Diablos Rojos que era de los principales promotores de esta liga, no parece ya importarles el pelotero mexicano -solamente jugaron dos en el equipo campeón- que por otra parte les costó una millonada de la que trataran de reponerse.
Una verdadera lástima para tanto jugador joven nacional, que no tendrá donde foguearse por la ambición de unos cuantos.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
