La presidenta le ha puesto los puntos sobre las íes a la senadora panista Lilly Téllez que, nuevamente, en una de tantas charadas a los que nos tiene acostumbrados, se ha opuesto al uso del lenguaje inclusivo que, ahora, debe trascender de las dimensiones sociales a la política en México.
Con gran orgullo y dignidad, la presidenta Sheinbaum Pardo se ha referido a la mujer como ser humano digno de equidad y respeto, lo cual ha hecho trascender en Hidalgo hacia las mujeres de los pueblos originarios que históricamente han quedado marginadas no de la inclusión léxica y semántica de nuestro idioma, sino de la realidad social.
A título de todo lo que haga Morena es arena política, la senadora panista Lilly Téllez arenga, insulta, demerita y hostiga con retóricas sórdidas que carecen de conocimiento y equilibrio de racionalidad pública. Los zafarranchos que protagoniza, y habrá de protagonizar, han quedado marcados por la estupidez de la diatriba política donde destruir es mucho más fácil que construir.
Ser oposición política es una responsabilidad pública, no puede caer en el quebranto de la estupidez y el despropósito de la mofa pública porque no estamos en el circo romano y cabe plantear que a diferencia de las cintas hollywoodescas como Gladiador II, los césares fueron en su mayoría cultos y no caían en condiciones de retóricas superfluas y absurdas como las que suele enarbolar -salvo raras excepciones- la senadora Lilly Téllez.
No se puede increpar a la figura presidencial con monsergas oscuras y despropósitos políticos.
Claudia Sheinbaum brilla por una retórica clara y sencilla, sin dobleces y con la firmeza de servir a su pueblo. Podemos estar de acuerdo o no con los alcances de sus medidas y programa de gobierno, pero ello no nos autoriza para puerilizar la crítica política y, mucho menos, si no se tienen los argumentos técnicos y científicos para discutir; en ello, sólo existe un camino fallido.
La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum de suscribir el lenguaje inclusivo en la Constitución, atiende no ha una condición cosmética o de maquillaje político, se trata de un cuestionamiento de forma y fondo sobre la estructura de poder masculina y la negación a la equidad sustantiva de género, de la cual existen condiciones enquistadas en el contrato social. En este trazo, la postura de la senadora panista de votar en contra de esta iniciativa, implica negar la realidad social de las mujeres en México y en incontables países del orbe.
La sensatez de la presidenta Claudia Sheinbaum es un pulmón de racionalidad política en donde la derecha y sus fuerzas del antiguo régimen tambalean y se enquistan en discusiones de obstrucción política, maquillando sus contenidos de civilidad pública y, en diversas ocasiones, ocultándose tras bambalinas para asestar el mazazo, como diría el poeta Octavio Paz.
México merece una mejor oposición política, donde la seriedad, el conocimiento, la sensatez y la responsabilidad se esgriman como los argumentos que le dan forma y fondo a sus premisas, de lo contrario, habremos de presenciar los mismos zafarranchos y monsergas que ensucian la palestra pública y tienen menos gracia que un zancudo en una habitación de madrugada.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.