Sheinbaum: ni partido de Estado, ni exclusión política

Se debe reflexionar sobre el peso político que tendrán las mujeres en el gabinete y la toma de decisiones en la inversión y desalojo del paradigma patriarcal del Estado mexicano. En los hechos, las primeras acciones de Sheinbaum en la renovación de la dirigencia de Morena nacional fueron contundentes: ni partido de Estado, ni exclusión política.

Los primeros días de la administración de Claudia Sheinbaum ya otorgan los pronunciamientos inaugurales de Estado para el análisis político de su gestión en una nueva era en México.

Han quedado cubiertas las primeras preguntas de forma y fondo sobre la continuidad del programa morenista que inició López Obrador. En estos momentos se impone una aguda reflexión sobre el peso político que tendrán las mujeres en el gabinete y la toma de decisiones en la inversión y desalojo del paradigma patriarcal del Estado mexicano. En los hechos, las primeras acciones de Sheinbaum Pardo en la renovación de la dirigencia de Morena a nivel nacional fueron contundentes: ni partido de Estado, ni exclusión política.

En este escenario, Luisa Alcalde con soltura de decisión política ya marcó en Morena una Agenda Paritaria, la cual, fue adherida de manera inmediata en el partido guinda de Hidalgo, el cual ya presenta la primera prescripción interna en la renovación del modelo de partido que, al tiempo, marca una directriz de disciplina y diálogo con Marco Rico, quien deberá mutar con rapidez hacia la reestructuración partidista.

La prospectiva para Hidalgo no sólo se traza en la relación política entre Sheinbaum y Menchaca. La reestructuración del modelo de partido que debe hacer frente a la creciente beligerancia política del PRIAN-MC+PT/GU, es una condición que no otorga margen de equivocación ni despliegue de conflicto político en los tres vectores de coordinación de la fuerza de Morena: gobierno, partido y Congreso.

En Hidalgo, la operación política no inicia en las Rutas de la Transformación, sino en la consolidación partidista de Morena, por lo que la discusión de fondo indica que el gobernador Julio Menchaca tendrá que mantener mayor vinculación política y de gestión al interior del partido en el poder en la entidad. Ello, porque está claro que tanto López Obrador como Claudia Sheinbaum percibieron los dividendos de fortalecer la maquinaria partidista, no para crear el Frankenstein político de Estado, sino para generar el intelectual orgánico de la conducción ciudadana: el partido político.

Si atendemos a las condiciones empíricas de la ciencia política en relación directa con las implicaciones que tiene para el poder gubernamental un partido de vanguardia social, podremos apreciar que los casos en que la izquierda en Italia, Francia y España, así como los casos icónicos de Chile y Uruguay, edificó un poder orgánico de partido, siempre retuvo el poder. Sin embargo, cuando se erosiona el poder orgánico de partido como intelectual que encauza las estructuras e interlocución social, deviene en derrota política.

Es en este trazo de ascenso del gobierno de alternancia política de Julio Menchaca, donde el llamado y redirección del modelo de partido en Morena Hidalgo debe crear la base de sustentación política transexenal. Desde la renovación política estatutaria en Morena nacional están creadas las condiciones de una nueva articulación que exige: paridad política de género, igualdad sustantiva de la militancia política, renovación de cuadros dirigentes, medios y de asociación militante y unidad política.

En esta dimensión, el gobernador Julio Menchaca debe presentar, como militante de partido, un nuevo trazo de conducción política en Hidalgo. Es pertinente admitir que el replanteamiento de la estrategia política de Claudia Sheinbaum en torno a su gobierno, ya mira las premisas transexenales que darán marco a la elección de 2030.

En menos de tres años.

La transición política en Hidalgo, una vez transcurrido el tercer año de gobierno de Julio Menchaca, perfila la selección interna de los actores que deberán suceder al actual gobernador. Los actores políticos que se suceden marcarán un relevo generacional de acuerdo al nuevo modelo de partido; pero más significativo, a la estructura de renovación política que ha iniciado Claudia Sheinbaum. Las señales no son confusas, pero sí amplias: se trata de una condición paritaria del poder político que pesará a la hora de escoger no sólo la mejor candidata o candidato, sino la preservación política en Morena Hidalgo.

En menos de tres años.

La oposición tiene una cuenta regresiva en Hidalgo. No existe por lo pronto más que la acción reactiva de la alianza PRIAN-MC+PT/GU. Los rendimientos políticos decrecientes de la derecha no son condiciones aisladas y esta cuestión no concita en los perfiles de sus actores políticos el peso específico para acceder al poder en la transición gubernamental. Panorama tétrico que presagia lo insostenible de sus candidatas o candidatos para cambiar la lógica de empoderamiento político en menos de tres años en Hidalgo, lo cual, empíricamente indica: derrota política.


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