Hemos presenciado diversas acciones de investigación endogámica en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para corregir anomalías de corrupción y malversación pública en su gobierno, heredadas del antiguo régimen o de actrices y actores públicos que no han entendido que en Morena, el gobierno de la 4T es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Hidalgo ha vivido el coletazo de las investigaciones de fraude público en Infonavit, exigidas e iniciadas por la presidenta Sheinbaum Pardo, arrebatándole a los zares del mercado en negocio privado con fachada pública que, por décadas, cometieron en contra de las y los trabajadores.
De igual manera, ante los despistados de conciencia en el sector salud que, sensiblemente en Hidalgo, tanto en las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca como en la dirección de la secretaria Vanesa Escalante, se encuentran en una cruzada para garantizar a la ciudadanía el servicio médico de calidad y el abasto de medicamentos.
En este trazo, la presidenta Claudia Sheinbaum -que sigue limpiando la casa, porque, insisto, en Morena “ni están todos los que son, ni son todos los que están”- ha indicado desde La mañanera que “las empresas involucradas, refiriéndose al sector salud, en el sobreprecio en la Compra Consolidada de Medicamentos 2025-2026 se les podrá inhabilitar, multar y nunca más podrá ser contratado el medicamento con esa empresa”. Este señalamiento tiene dos vertientes, por una parte, se investiga a las empresas y por la otra a los despistados que han caído en el gobierno de Morena en actos de corrupción.
Claudia Sheinbaum limpia la casa y no le teme a los posibles daños colaterales y cuestionamientos sobre el staff de funcionarios en su gobierno. Esto es plausible y positivo, porque Sheinbaum Pardo no habrá de tolerar las corruptelas que por décadas causaron la erosión del aparato de Estado, de la democracia y, desde luego, del bienestar del pueblo al que defiende.
Es importante evaluar en esta limpieza gubernamental, mis únicos y queridos lectores, que el no maquillar al gobierno en turno, le otorga mayor credibilidad que si se trataran de cubrir los errores que cometen desde la corrupción los morenistas o funcionarios que laboran en el gobierno de Morena (recordemos que no todos los que están en el gobierno son morenistas).
Recordemos a la inversa, la pantomima cuando se trató de “combatir” la corrupción y malversación pública en el gobierno de Peña Nieto, donde en la Secretaría de la Función Pública se nombró a Virgilio Andrade y, en un acto público, desprovisto de toda autoridad moral, Peña Nieto le señaló “te instruyo, dirigiéndose a Andrade que me investigues”. El pronunciamiento de Peña Nieto fue tan ridículo y carente de coherencia que, hasta Don Pedrito de la tienda de la esquina preguntó: ¿ cómo, el presidente nombra a Virgilio, es su jefe y, el jefe le pide a su achichinque que lo investigue?, eso que lo crea Tita, le dijo Don Pedrito a su perro firulais.
En el mejor de los casos, y eso no le quita lo dantesco a la corrupción en México en el antiguo régimen, cuando José López Portillo era presidente se vio acosado por la prensa y sentenció: “no pago para que me peguen”, reconociendo abiertamente que la prensa estaba comprada en favor de su gobierno; aquí, por lo menos, hubo un reconocimiento directo de la corrupción y no una pantomima como la de Peña Nieto con Virgilio Andrade.
Limpiar la casa es importante, pero es mucho más significativo que la élite política de Morena entienda que la 4T no es un paseo por el parque; que, sangre, sudor y lágrimas le costó a AMLO crear un movimiento político antisistémico, como ahora lo refrenda Claudia Sheinbaum, para que un puñado de despistados ensucie lo que se está edificando en México.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
