Ser y Devenir 29

Pasé más de un año en el cuarto acolchado, la camisa de fuerza y la máscara de plástico negra. Seis meses encerrado antes de salir al patio.

Estoy exageradamente pálido y abrazo el sol después de tanto tiempo de extrañarlo, cantarle y poetizarlo. No mires al cielo, me dice Mina, te puedes quedar ciego. Aspiro hondo, abro los brazos y me quito calcetines y zapatos, siento el calor del cemento en las plantas de los pies. Siento tranquilidad, un ciclo ha terminado y comienza la cuenta regresiva. Apenas media hora en el exterior y me meten de nuevo a mi celda, ésta más pequeña que las del reformatorio y me mantienen esposado todo el tiempo.

¿Cómo es tu alma? Tú eres mi alma. No te creo. En serio. ¿Y antes de conocerme? Mi alma estaba ausente. ¿Por qué? Porque no quería nada. ¿Nada de qué? De la vida. ¿Y ahora? Ahora es diferente. Tú eres diferente, que es distinto. Yo soy diferente a lo que era antes. ¿Antes cómo eras? No tenía alma. ¿Y ahora? Estás tú.

En mi celda tengo mayor control sobre mi cuerpo, ahora puedo evitar el agua que me dan por las mañanas y esconder lo que sobra para atraer a las ratas. Estoy muy delgado, como nunca antes, pero me siento fortalecido, con mayor energía y totalmente renacido. Los roedores no tarden en llegar y sigo en las noches su trayectoria, una grieta en el piso debajo de la cama y un diminuto hueco, aparentemente, sin fondo. Puedo salir de aquí. ¿Seguro? Seguro. Nunca habías dicho eso. Porque nunca antes lo había estado. ¿Vamos a salir de aquí? Sí. ¿Cuándo? No lo sé, pero dalo por hecho.

Vuelvo a salir al patio y aunque logro mirar a los otros internos a mí me mantienen apartado de todos ellos. Me siento en el piso y cierro los ojos esperando ver a mi hermano, nada. Tal vez me medican en los alimentos. Tal vez. Tal vez. Imagino a Mina pero su voz aparece muy poco, no platico con ella desde nuestra última conversación sobre el alma.

—Te esperan en el comedor.

Abro los ojos y es uno de los guardias.

—¿A mí?

—Sí.

—¿Para qué?

—¡Tú ven, hijo de la chingada y no preguntes! —me grita mientras otros dos me levantan y llevan a la fuerza.

Llegué al comedor y me esperaban, sentados en una de las largas mesas, dos hombres de traje y una mujer joven de traje sastre. Me sentaron frente a ellos y noté su asombro y molestia por mi estado físico. Ella discutió con el director del sanatorio mental y comenzaron a hacerme preguntas, fueron muchas y sólo recuerdo algunas.

—¿Estás consciente de lo que hiciste?

—¿Qué sentiste después de atacarlo?

—¿Te gustaría regresar al reformatorio?

—¿Cómo te ha caído el medicamento?

—¿Siguen los deseos de suicidio?

—¿Por qué tienes los ojos rojos?

—¿Has tenido taquicardia?

—¿Tienes sed?

—¿Por qué no hablas?

—¿Por qué no dices nada?

—¿Por qué callas?

—¿Sigues viendo a tu hermano?

Levanto la cabeza, el tiempo se vuelve loco y me pongo a llorar. ¿Por qué? ¿Y aún lo preguntas? Mi muerte no fue por tu culpa. ¡Yo era el que negociaba con los secuestradores para liberarte! Aún así, no fue tu culpa. ¡Sí lo fue! Ellos de cualquier forma iban a matarme. ¡Pudimos haber pagado lo que pedían desde el principio! Pero no fue así. ¡Fue mi culpa! No. ¡¡Fue mi culpa!! ¡No es cierto! A mí fue al que se debieron haber llevado. ¿Por qué dices eso? Porque fue mi exesposa quien así lo había planeado. Ella y su amante lo planearon todo, secuestrarme y pedir millones por mi rescate. Pero se equivocaron. Se equivocaron y te confundieron conmigo cuando te levantaron.

 

Continúa 30

 

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".