Ser y Devenir 19

No, Platón. Tu teoría de Ideas
no es verdadera.
No, Platón. No supiste defender
a tu maestro Sócrates
Código de Guerra, “Platón”
Álbum: ¡Vamos a bailar! (2014)

Salgo del tercer interrogatorio, una oscura “oficina” del reformatorio. Una sala de torturas pero a mí no me torturan. Creen que si concluyen mi responsabilidad van a pasar por unos ineptos, pero tampoco se explican mis huellas y que lo haya podido hacer, menos aún con la férula puesta. Yo me mantengo en la verdad. Yo no fui. Pero no me creen, incluso cuando he pasado la prueba del polígrafo las mismas veces sin problema. Pero siguen sin creerme. Y aunque me mantienen aislado, yo sigo leyendo mi libro. Estoy fascinado.

¿Platón o Aristóteles? En la pintura de Rafael aparece la figura de Platón señalando hacia arriba, el mundo de las Ideas, y la figura de Aristóteles señalando hacia abajo, la tierra, las formas. ¿Realismo metafísico? Aristóteles fue discípulo de Platón, un discípulo crítico que tomó la filosofía de su maestro y la revolucionó. Me gusta su realismo de corte naturalista que guarda cierta espiritualidad en sus conjeturas. Todos los seres tienen alma. Hay espiritualidad en la naturaleza. ¿También las piedras? Todo.

Platón y Aristóteles, mismos problemas, métodos diferentes. ¿Qué sistema hemos de asentir? ¿Cuál de los dos me sirve para el amor? Olvidemos ese, es muy complicado; mejor el concepto de justicia. ¿Cuál es el método de Platón para conocer la justicia en sí misma o la esencia de justicia? La Idea de Justicia. Observemos un acto justo, y así muchos actos justos, y reflexionar en qué tienen en común dichos actos para que les llamemos de la misma manera, i.e., “actos justos”. Un ejemplo menos abstracto, la blancura como la esencia de las cosas blancas. Seguimos el mismo método: aquello que todas las cosas blancas tienen en común es la blancura. En el caso de las acciones justas, la justicia misma.

El conocimiento como remembranza de la instancia trascendental en que previamente existimos.

—Por eso los filósofos no le debemos temer a la muerte —dice Sócrates, quien cree que el alma es inmortal. Este mundo físico es tan sólo la caverna que luego Platón expondrá en su alegoría. Aquí sólo vemos sombras, pero en el mundo trascendental, en el mundo metafísico, es donde están las ideas, las verdades, la realidad y no la apariencia de este mundo físico. ¿De dónde sacamos la idea del círculo? Nadie es capaz de hacer un círculo perfecto (sin ayuda tecnológica) y Platón piensa que tenemos claro dicho concepto porque ya tuvimos contacto con él. En el mundo físico no hay círculo perfecto, empero, podemos llamar a todos ellos ‘círculo’ porque participan de un elemento común, la circularidad o esencia del círculo.

Aristóteles se opone y dice que no es necesario plantear una existencia pre-natal para explicar nuestros conceptos universales. Aquí aparecen ya, además de la dialéctica socrática, dos formas de ver la filosofía. ¿La esencia o la forma? ¿Platón o Aristóteles? ¿Idealismo o realismo? Me siento en la cúspide de una montaña, el equilibrio entre la inducción y la deducción. Aristóteles, al prescindir de la teoría de las ideas, pareciera que también prescinde de dicho mundo metafísico, pero no; al final también recurre a éste, aunque no como un lugar donde residen las Ideas sino uno de orden intelectual donde el mundo de los universales adquiere sentido. Ambos métodos descansan sobre la misma plataforma de necesidad y universalidad.

—¡Número 27-08-91-01! —me grita un guardia. Me hace brincar del susto mientras hago anotaciones en un engargolado de hojas recicladas.

—Qué pasó.

—Alguien viene a verte.

—¿Quién?

No me contesta y, luego del sonido que hace la reja al abrirse, me escolta a la zona de visitas. Aún ando en muletas y vamos a paso lento, lo miro de reojo y no emite ninguna expresión. No es una broma, alguien vino a verme. Pero quién.

—Tienen 15 minutos —advierte el guardia cuando me deja en una cabina conectada con la sala de visitantes, pero no hay nadie frente a mí. Veo mi reflejo en el vidrio y por un momento pienso que es mi hermano. Negativo, niego con la cabeza y suspiro. Quedo cabizbajo pensando, pensando en el gigante muerto y cuánto tiempo estaré encerrado.

—Hola —me dice alguien a través de un interfón.

Levanto la cabeza, observo y no puedo creerlo.

 

Continúa 20






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".