– Más de 900 familias esperan apoyo; “no hay dinero”, les dijeron
Redacción
En mayo de 2017, más de 980 familias de Atotonilco el Grande, Yahualica, Calnali y Metztitlán gestionaron ante la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) proyectos de ampliación de vivienda; sin embargo, hasta la fecha no reciben su crédito, ni respuesta por parte del delegado, Onésimo Serrano González.
Pese a cumplir con los requisitos legales que establecen las reglas de operación vigentes del Programa de Acceso al Financiamiento para Soluciones Habitacionales y obtener un número de folio asignado para cada proyecto por parte de las entidades ejecutoras de la delegación federal, estos ciudadanos todavía esperan el subsidio para edificar sus cuartos adicionales.
La SEDATU, a través de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), promueve un programa de mejoramiento y ampliación de los hogares «para que tu familia viva de manera digna, decorosa y sustentable».
Este programa federal tiene diversas modalidades, principalmente para la construcción de una recámara adicional, cocina o un baño, así como la instalación de ecotecnias y ecotecnologías que garanticen la sustentabilidad de la vivienda.
En el primer semestre de 2017, cuando todavía fungía como delegado Víctor Velasco Orozco, un total de 986 familias hidalguenses entregaron sus solicitudes, que incluían planos georreferenciales con tecnología GPS, fotografías de la vivienda, así como todas las disposiciones que establecen las reglas de operación.
Los beneficiarios afectados, quienes por temor a represalias por parte de la delegación omitieron sus nombres, denunciaron que en noviembre del año pasado la SEDATU aprobó los folios; sin embargo, en diciembre la casa gestora comentó que «sí estaban avalados los proyectos, pero no había dinero para su ejecución».
Cabe mencionar que en julio de 2017, Onésimo Serrano González fue designado como delegado de la SEDATU.
A los quejosos prácticamente los atendieron diferentes gestores: primero una persona que detalló los requisitos que tenían que presentar ante la delegación y luego una licenciada de nombre Claudia, quien afirmó, en diciembre de 2017, sobre la aprobación de los proyectos.
Estas familias, en su mayoría residentes de comunidades como Tepetates, Santiaguito, Pedregal de San Juan, Santa María Amajac, La Estancia, Tezahuapa, Sanctorum, El Sabino, El Contadero y Tiltepec, se trasladaron más de una ocasión a Pachuca para entregar nuevas fotografías, pues aparentemente las que habían llevado anteriormente incumplían con las especificaciones para verificar el predio, o las autoridades argumentaban que los planos estaban mal o requerían de un formato distinto.
«Hicimos esfuerzos para pagar esos planos georreferenciados; se meten los proyectos con SEDATU en la casa de gestión y nos entregaron los folios, pero en noviembre, al no ver respuesta, fuimos nuevamente a la casa de gestión con los encargados de los proyectos… llegó diciembre y nada», relató Uriel.
Durante casi seis meses, estas mujeres y hombres viajaron por más de dos horas hacia la capital hidalguense, lo cual les representaba, además del costo de gasolina o pasajes, la pérdida económica de un día laboral, a lo que hay que sumar los pagos de planos y fotografías, una torta o un taco mientras esperaban atención, para que en la delegación federal sólo respondieran: «Ya no hay dinero para ejecutar los proyectos».
«Cada que íbamos nos decían que las fotos no eran conforme los requisitos, aunque ya nos habían proporcionado los folios, y los gestores nos dijeron que los proyectos estaban aprobados, pero que no había dinero para la ejecución y no podían hacer nada», agregó.
De acuerdo con el portal de la SEDATU, para mejorar o ampliar la vivienda los solicitantes deben cumplir con lo siguiente: en caso de no tener seguridad social, ni subcuenta de vivienda, ganar menos de 11 mil 474.48 pesos, y tener un ahorro equivalente al 5 por ciento (%) del valor total del proyecto de ampliación o mejoramiento que realizará. El valor máximo del proyecto debe ser menor a 68 mil 846.88 pesos, además es posible que los beneficiarios obtengan un subsidio hasta de 27 mil 538.75 pesos.
«Nada más nos dijeron que cumpliéramos con los requisitos y que ellos se encargaban de lo demás; incluso nos dieron la opción de si queríamos el material para que nosotros lo hiciéramos o ellos lo ejecutaban», explicó Gisselle.
Según los datos oficiales que exhibe la SEDATU, «el monto del subsidio se determina de acuerdo con las características y ubicación de la solución habitacional. El subsidio está sujeto a disponibilidad programática y presupuestal».
OTROS SÍ TUVIERON SUERTE
Cabe recordar que hace unos días, el 5 de febrero, el delegado en Hidalgo de la SEDATU, Onésimo Serrano, entregó 250 apoyos de ampliación de vivienda para agremiados de la Confederación Nacional Campesina (CNC) certificados por 24 mil pesos, una inversión federal total de 6 millones de pesos.
De acuerdo con el boletín de prensa, los beneficiados son originarios de: Actopan, Ajacuba, Alfajayucan, Francisco I. Madero, Huejutla, Mineral de la Reforma, Mineral del Monte, Mixquiahuala, Omitlán, Pachuca, Pacula, Progreso, San Salvador, Tianguistengo, Tlahuelilpan, Tlanchinol y Zempoala.
Previamente, el 11 de diciembre de 2017, la delegación brindó 2.4 millones de pesos en apoyos de vivienda para agremiados a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).
En ese entonces, Serrano pormenorizó que destinaron 100 apoyos en vivienda para integrantes de la UNTA, a quienes se les entregó un subsidio federal de 24 mil pesos para la construcción de una recámara adicional en su vivienda. Las familias habitan en: Alfajayucan, Chapantongo, Cuautepec de Hinojosa, El Arenal, Francisco I. Madero, Ixmiquilpan, Nopala de Villagrán, San Agustín Tlaxiaca, Santiago de Anaya, Singuilucan, Tlanalapa y Zempoala.
Asimismo, en marzo de 2017, se aportaron 255 apoyos por un monto de 5 millones 100 mil pesos a los agremiados de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC), como parte de las acciones del Fideicomiso del fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo).
ENTONCES: ¿SÍ HAY DINERO, O NO?
En todo caso, el delegado debe aclarar la situación con las familias que tenían la seguridad de obtener este apoyo y las razones por las cuales quedan fuera.
Además, debe explicar por qué sí hubo apoyos para familias de la CNC, de la UNTA y de la UFIC, porque en tiempos electorales se podría pensar en un manejo político del dinero público.
El otro tema sería aclarar qué se hizo con el dinero que, se supone, era para las familias a las que sólo se les responde que no hay dinero.