Sin orden ni estrategia -y por lo que se ve, sin apoyos-, los candidatos de Morena a diputados federales y locales caminan al precipicio de la derrota en la elección del 6 de junio, sin haber aprendido la lección que, se supone, les debió dejar la paliza que se llevaron el 18 de octubre pasado en el proceso que renovó las alcaldías.
Da la impresión de que piensan que, como en los viejos partidos de Guadalajara vs. América, es válida la frase del “Tigre” Sepúlveda: “Para ganarle al América basta la camiseta”. Parece que así piensan los morenos de Hidalgo, en el sentido de que basta la camiseta de AMLO para triunfar y se echaron a descansar en la hamaca de la indolencia.
Quizá no quieren ver la importancia de la elección que puede cambiar el rumbo del país por lo que representaría perder el Congreso federal, que ha sido la gran fortaleza del presidente, aliado incondicional que no cambia ni una coma de las intenciones y decisiones de Palacio Nacional.
En el 2018, Morena en Hidalgo, como en el resto del país, ganó todo con las 7 diputaciones federales y 17 de 18 locales.
Morena Hidalgo es un partido a ciegas que apenas hace poco tiempo eligió una dirigencia que tuvo problemas de legalidad y con nula presencia; por lo que se ve, es un grupito el que maneja este partido, lo mismo en el dinero que en las candidaturas.
No parece que al interior del partido tengan conciencia del terrible papel que han hecho sus diputados, tanto locales como federales, y que quien manda realmente es o era el Grupo Universidad, que ha hecho de su rencor al gobierno del estado su plan de revancha.
LOS DIPUTADOS LOCALES DE MORENA
Fatal ha sido la actuación de diputados como Ricardo Baptista, Roxana Montealegre, Corina Martínez y Jorge Mayorga, entre otros, todos ellos ejemplo de servilismo al jefe (hoy en la cárcel) y ambición de poder que los ha llevado a colocar a parientes en puestos con buenas oportunidades de ganar dinero, o a saltar de sus responsabilidades en busca de mejores huesos.
Pero trabajo legislativo serio, la verdad no se ve, y hay ocasiones en que hasta lucen la ignorancia de su responsabilidad como legisladores, como la de una diputada de este grupo de Sosa que pretendía que una más de sus ocurrencias fuera ley en Cultura, sin tomar en cuenta los pasos que se deben seguir para este procedimiento, lo que la llevó a lanzarse contra enemigos que le recordaron su ignorancia.
Los diputados de Morena han estorbado los programas del gobierno del estado, han manipulado a su antojo el dinero de Hidalgo repartiéndolo generosamente en beneficio de la UAEH (que todavía regentea su patrón) y pretendieron 750 millones de pesos para sus programas clientelares, aparte de su absurda intención de querer quedarse con el manejo del Congreso buscando cambiar su Ley Orgánica, pese a los acuerdos previos sobre la rotación de la presidencia de la Junta de Gobierno que el mareado Baptista quería agandallarse. La verdad, han sido una vergüenza.
Todo indica que el 6 de junio en nada se parecerá a la elección del 2018 en que ganaron todo. Ahora los morenos, que tienen una alianza con el PT, PANALH y PVEMH, tienen que pelear las diputaciones contra la alianza “Va por Hidalgo”, que suma la fuerza de cuatro partidos: PRI, PAN, PRD y PESH.
Se ve más fuerte “Va por Hidalgo” por varias razones, sobre todo porque hay unidad en su alianza, pues en palabras de los dirigentes de cada partido, Julio Valera (PRI), Cornelio García (PAN) y Ricardo Gómez (PRD), aunque mantienen sus propias ideas sobre la política, entendieron y aceptaron que solo unidos pueden hacer algo por México y evitar un desastre mayor si no crean un contrapeso en el Poder Legislativo.
Con este objetivo acordaron que el PRI ENCABEZARA LA ALIANZA EN LOS DISTRITOS DE ACTOPAN, APAN, TULANCINGO, PACHUCA y TEPEAPULCO, mientras que el PAN ENCABEZA LOS DISTRITOS DE IXMIQUILPAN, HUICHAPAN y TEPEJI DEL RÍO; por su parte, el PRD puso candidato en ZIMAPÁN, METEPEC y TULA, y el PESH EN LOS DISTRITOS DE HUEJUTLA, MIXQUIAHUALA y TIZAYUCA.
Y no es que Morena no vaya a ganar algo, pero todo indica que no será mayoría y que, de ser el partido más fuerte, puede perder la presencia que tiene porque el ejercicio del poder crea facturas para cobrar o para pagar y a Morena todo indica que le llegó la hora de pagar.
Con pésima organización, no pudo ni elegir sin reclamos y protestas a sus candidatos, con metidas de pata tan terribles como querer darle gato por liebre al IEEH en la candidatura del cantante Francisco Xavier, al que intentaron hacer pasar como discapacitado sin serlo, en una clara muestra de desprecio y marginación contra los que realmente tienen esta condición y muestra de la ambición del poder de Morena y del cantante, que se forma en todas las candidaturas para ver qué pesca.
Desde luego, no fue el único partido que intentó esta jugarreta: el PESH tampoco canta mal las rancheras e intentó lo mismo con Alejandro González Murillo y Sharon Montiel, con argumentos muy torpes. Ahora un tribunal les puede devolver las candidaturas, pero su actitud de abusivos ya nadie se las quita.
Todo dice que Morena en Hidalgo puede sufrir otra derrota en la lucha por el Congreso local, porque la ciudadanía lo único que ha visto de este partido son acciones de abuso y de obediencia ciega al Grupo Universidad, convirtiendo al Congreso en una burla por su miserable actuación, que provocará que seguramente no ganen 17 diputaciones y que no sean mayoría en un ajuste de cuentas de la gente.
Y queda como recuerdo terrible para Morena la pésima decisión de haberle entregado el partido y el poder a unos advenedizos como son los del Grupo Universidad.
Se le viene la noche a Morena este 6 de junio.
En la próxima colaboración tocaremos el tema de las diputaciones federales.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.
