Oficialmente López Obrador terminó su sexenio como presidente de la República, en un mandato que comenzó gracias a la movilización de la mayoría de la población a las urnas en junio de 2018. Esto fue un hito en la historia política del país debido a que evidenciaba el descontento de la gente con las políticas de gobiernos anteriores, demostrando la necesidad latente que existía por cambiar el manejo gubernamental hacia la implementación de medidas que garantizaran el estado de derecho dentro de la nación, pero no sólo eso, sino que significaran un cambio estructural en el panorama de la sociedad mexicana.
Podemos decir que esto fue así en gran medida. El gobierno de AMLO se encargó de la implementación de políticas socioeconómicas que dieran a la población las bases financieras y educativas para tener una vida digna, cuestión que, aunado a la inversión en infraestructura, ha abonado al beneficio de las personas, lo que simultáneamente sirve de impulso a la inversión local e internacional, incrementado el nivel de empleos en el país. Por otro lado, este mandato mantuvo una relación cordial con el gobierno de Estados Unidos, demostrando que nuestro país es sumamente importante para el Tío Sam y que tenemos el derecho a decidir sin que tengan injerencia en nuestras elecciones.
Sin embargo, en realidad este gobierno lo podemos visualizar más como un punto de inflexión. No hay que tener dudas sobre eso, el gobierno de López Obrador tuvo diversas flaquezas, pero demostró ser un periodo de transición positiva, en la que se puso en duda el status quo manejado por las empresas extranjeras y nacionales. Algunas de sus debilidades fueron el tema de seguridad, el manejo de la pandemia, la crisis hídrica y las deficiencias en sus obras insignia.
Simplemente es impensable decir que la aprehensión del hijo del Chapo fue un éxito o que se resolvió la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, mucho menos podemos hablar de una disminución drástica del crimen organizado. No obstante, el clima nacional no puede mentir, claro que hay un descontento por diversas llamadas sin respuesta, pero con todo y esto, López Obrador está terminando su gobierno con una aprobación entre 65% y 80% según diversas encuestas, lo que demuestra que su gobierno ha provocado un sentido de identidad en torno a un proyecto de nación.
Es por eso que, pese a muchos de sus proyectos aún tengan carencias, estas serán asignaturas que verán una mejora considerable con el gobierno de la continuidad, es por eso por lo que hay que ver a AMLO como el fenómeno que cambió el curso de la historia nacional hacia un camino de mayor justicia social y reivindicación de los derechos de las personas.
Sin embargo, aún y cuando el gobierno de López Obrador buscó el bienestar nacional, hubo cimientos de esta transformación que no poseen la fuerza necesaria para mantenerse en pie de forma prolongada, por lo que es necesario que Claudia Sheinbaum se ponga manos a la obra y consolide el proyecto ideado por Obrador, convirtiéndolo en ese cambio que tanto necesita el país.
Por: Carlos Nander
Estudiante de la disciplina de las Relaciones Internacionales en búsqueda de los posibles efectos que pueden generar dentro de nuestro país. Amante del conocimiento, la historia y el cine.
