No es posible invisibilizar el vacío de poder que dejará Santiago Nieto en la procuración de justicia y democracia en Hidalgo, que es reconocida como la más eficiente del país. Su liderazgo ha trascendido al Poder Judicial y ha creado un clima de control interno de la administración del gobernador Julio Menchaca, muy por encima de las figuras del gabinete, entre secretarias y secretarios que no tienen ni la inteligencia institucional ni la presencia o el capital político que pueda prohijar las acciones del Poder Ejecutivo.
Difícil transición la que le espera a Menchaca Salazar al no contar con un brazo político burocrático que converja y conduzca el ejercicio de gobierno, al tener un frágil cuadro político que lo pondría en riesgo no sólo de un vacío de poder, sino de caer presa de las manzanas podridas frente a las complejas dinámicas políticas que presenta el Congreso local, donde Morena está infiltrado por el Grupo Universidad y por las rémoras del hueso político.
El aislacionismo del gobernador frente a la migración de Santiago Nieto en su búsqueda a la candidatura al Senado por Morena en Querétaro es un duro golpe político a la gobernabilidad y concreción de la tarea pública de Hidalgo; golpe tempranero y complejo, porque existen evidencias empíricas como la del exdiputado Edgar Hernández Dañu, de los contubernios de personeros de la clase política con el crimen organizado que ha ido tomando y secuestrando localidades de la entidad frente a la evidente fragilidad policiaca.
La arquitectura de la procuración de justicia en Hidalgo ha estado aquejada históricamente por procuradores a modo que encubrieron corrupción e impunidad; el peculado, la malversación de fondos y el abuso de autoridad han sido constantes que le permitieron al bastión priista tener el control político gubernamental y formar negocios privados que crecieron al amparo de contubernios con el sector privado.
La ruta crítica que se presenta en la política interna y en la gobernanza de las estructuras institucionales en Hidalgo es producto de la carencia de visión gubernamental e impericia política del staff burocrático que rodea al gobernador Menchaca Salazar, que sin Santiago Nieto advierte:
- Efectos negativos en la gobernanza y concreción de la tarea pública.
- Precarización de los contrapesos del Congreso en la infiltración del Grupo Universidad en la bancada morenista, así como de las manzanas podridas del GPI y las rémoras del escaño.
III. Erosión en la procuración de justicia y de mando político interno del staff burocrático en la concreción de gobernabilidad.
- La expansión de las manzanas podridas y rémoras políticas desde la alianza del Partido Verde en el control político de las zonas de vacío de Morena.
- El aislacionismo del Poder Ejecutivo bajo una cadena de mando político dispersa y fragmentada que está presente, pero que el contrapeso del Poder Judicial había contenido.
Sin duda, la presencia de Santiago Nieto y su proximidad de guía política con Menchaca Salazar dieron certeza y rumbo al primer año de gobierno. El matiz del esplendor que Nieto Castillo logró hacer de la procuración de justicia el equilibrio de la distribución de poder político en la gestión pública queda vacío frente al fuego amigo de secretarias y secretarios cuya precariedad político-burocrática es un lastre para los alcances de Hidalgo y la 4T ante el posible ascenso de Claudia Sheinbaum, que exige una talla política mayor.
