Romped las cadenas de la esclavitud en Hidalgo

Al Congreso local, con mayoría calificada, absoluta y aplastante de Morena, se le exige poner el ejemplo de una legislatura que prodigue el amparo del pueblo hidalguense, que marque una nueva ruta histórica en la transformación de Hidalgo y deje huella en la reivindicación de los que menos tienen, que en el estado son más del 90%.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Las nuevas retóricas políticas en Hidalgo ya no aluden al léxico del antiguo régimen que demandaba a la revolución institucional “romped las cadenas de la esclavitud”, cuando, en realidad, el neoesclavismo de un contrato social primitivo avasallaba a un pueblo que miraba con impotencia el control político de una casta que fue juez y parte en las decisiones trascendentales de la nación.

 

En este escenario, todavía la crítica social es insuficiente -al igual que la conciencia- para entender que el fracaso del antiguo régimen también fue el fracaso del pueblo y que, en Hidalgo, las asimetrías sociales que subsisten presentan un camino arduo que las Rutas de la Transformación de Julio Menchaca no podrán subsanar en un sexenio los males endémicos que existen en un estado que apela a la modernización de sus vocaciones económicas, a la inversión privada y al reconocimiento del gobierno federal de Claudia Sheinbaum, del primitivismo político que operó y que ha dejado saldos y heridas dolorosas para las y los hidalguenses.

 

Es en este escenario, donde primó el neoesclavismo de un contrato social primitivo, exige del Congreso local con mayoría calificada, absoluta y aplastante de Morena, poner el ejemplo de una legislatura que prodigue el amparo del pueblo hidalguense, que marque una nueva ruta histórica en la transformación de Hidalgo, que no sea pasarela superflua del desfile de diputadas y diputados y que, de una vez por todas, deje huella en la reivindicación de los que menos tienen, que en Hidalgo son más del 90% de su pueblo.

 

Se ha trazado el vínculo de reconversión pública entre el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el Poder Legislativo en la administración de Julio Menchaca que, en una estrategia de amplio espectro operativo, ha hecho de la Secretaría del Despacho del Gobernador, a cargo de Alejandro Velázquez Mendoza, un vínculo de interoperabilidad orgánica del gobierno de Hidalgo, trazando una comunicación integral para capacitar y desterrar las improvisaciones e impericias de la administración pública.

 

Esta realidad política en el gobierno de Julio Menchaca debe ser la verdadera retórica que rompa las cadenas de la esclavitud política que primaron durante nueve décadas en lo que fue el bastión priista del antiguo régimen, el cual vulneró las oportunidades sociales y propició el festín orgiástico de los negocios privados con fachada pública que se presentaron antes, durante y después de la Estafa Siniestra.

 

Ha quedado claro que el compromiso de Julio Menchaca con la ciudadanía está siendo auditado por el pueblo de Hidalgo. No se pueden dar pasos atrás en las Rutas de la Transformación, las cuales deben ampliarse con los convenios que se tienen con entidades públicas como PEMEX y con la iniciativa privada que, en tiempos de campaña, sufrió el repudio de Carolina Viggiano que tildó a los empresarios de “gobiernistas” y que hoy deben demostrar su compromiso con el pueblo de Hidalgo creando oportunidades de desarrollo productivo y económico.

 

La esclavitud no se terminó en la lucha de independencia. Prosiguió anclada -como lo percibió Morelos y Juárez, así como Vasconcelos- en los trabajos con sueldos de hambre; en la educación rural al servicio de las oligarquías; en la desigualdad económica y jurídica que maniató al pueblo; en la salud privada que pocos pueden pagar; en la cultura que se le niega al pueblo y que en la comunicación televisiva enseña las fantasías hollywoodenses que engañan a la salud mental; en la redistribución justa de la riqueza que nace de una hacienda pública con impronta de justicia social; en una clase política honesta y sin prebendas; en la razón de que en la patria la transformación significa ¡Primero el Pueblo!

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.