La fascinante historia de María Estuardo, reina de Escocia, ya había sido llevada a la pantalla grande en los 30 por John Ford con Catherine Hepburn y en los 70 por Charles Jarrot con Vanesa Redhrave y Glenda Jackson.
Con el éxito de intrigas palaciegas al estilo de Juego de tronos, no es de extrañar que se haya buscado revivir el asunto recurriendo a una prestigiosa directora teatral: Josie Rourke, y a dos prometedoras jóvenes artistas, a las que desgraciadamente les quedó grande el papel.
El guión de Beau Willmon sobre la novela de John Guy, narra la historia de María Estuardo (Saoirse Ronan), quien regresa a Escocia tras un fallido matrimonio, para gobernar pese a la oposición de su hermano.
Su rivalidad con su prima Elizabeth I (Margot Robbie) se acrecienta, sobre todo porque ésta no es capaz de engendrar un heredero, mientras que Mary sí, aunque para ello se haya tenido que casar con un noble arribista.
La directora artística de la Casa Donmar se puso tras la cámara por primera vez y se nota por su visión teatral.
Contra lo que pudiera esperarse, el manejo actoral deja mucho que desear, pues ni la estrella de Expiación y pecado o la de Yo Tonia, logran trasmitir la realeza de sus personajes, y para colmo Robbie es maquillada de tal forma, que recuerda al payaso de Eso más que a una reina interpretada por Bette Davies o Cate Blanchett anteriormente.
Mary, queen of Scotland resulta pues un fallido filme histórico, demasiado teatral, que se puede ver si no se conocen las cintas anteriores, que resultan muy superiores.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.