Reconocimiento presidencial

En la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a Hidalgo no han pasado desapercibidas sus alocuciones tanto en el apoyo a las macro obras que se están emprendiendo en el gobierno de Julio Menchaca, como el reconocimiento al trabajo del alcalde Jorge Reyes.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Una de las variables que están impulsando el análisis político en Hidalgo es, sin duda, la alternancia generacional que Morena está experimentando en sus cuadros dirigentes; como una fuerza política sin precedentes en México y que se apresta para hacer de la toma del poder gubernamental, un basamento de revolución de la conciencia política en la nación.

En la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a Hidalgo no han pasado desapercibidas sus alocuciones tanto en el apoyo a las macro obras que se están emprendiendo en el gobierno de Julio Menchaca, como el reconocimiento al trabajo del alcalde Jorge Reyes Hernández, quien ha creado las bases para entender la gestión municipal como un cuerpo integral de desarrollo social que debe entronizar con el gobierno estatal y con el gobierno federal.

El reconocimiento presidencial a la gestión de Jorge Reyes no ha pasado desapercibido en los corrillos políticos y denota que su trabajo armoniza las tareas vitales de la metrópoli capital Pachuca, que lo único que requiere es ejecutar el Plan de Desarrollo Municipal con la fuerza programática que le ha impreso Reyes Hernández, que no es un alcalde de escritorio, de ropa de marca o de las supercherías superfluas de las redes sociales que tanto daño le han causado a las investiduras políticas en la nación.

Con Jorge Reyes no existe herencia fallida. Es un servidor público que se encuentra escribiendo su propia historia y que no requiere de un capital político heredado para crear legitimidad y credibilidad social en su encargo público.

Más de alguno de mis queridos lectores, a los cuales pertenece esta columna, ha insistido que ha llegado el momento de entender la función pública no como una herencia fallida donde las condiciones dinásticas deben primar para ser un representante ciudadano, y que la transformación política que vive el país es, al tiempo, una transformación del pensamiento y conciencia generacional de la política en México.

En el análisis crítico se aplaude la gestión de Jorge Reyes no por su juventud o pertenencia a la renovación política generacional en Hidalgo, sino porque su trabajo público perfiló, desde su inicio, un matiz de conciencia ciudadana que no había presentado en las parafernalias de la casta política del antiguo régimen, y dejó claro que no se trataba de un servidor público de escritorio y proclive al escritorio para anquilosarse en la gestión del ayuntamiento.

La metrópoli capital, Pachuca, sigue presentando un déficit heredado en su modernización y satisfacción ciudadana con el que ha tenido que remar a contracorriente el cabildo que preside Jorge Reyes. Empero, su gestión no ha dejado de responder a la ciudadanía y su firmeza de acciones han ido concretando los entramados para subsanar el quiebre social de la gestión que le precedió.

Mención significativa merece el desencuentro que el sindicato del ayuntamiento ha tratado de elevar a escaramuza política”; cuestión que no ha sido tolerada por la actual administración de Jorge Reyes que, con sensatez, ha creado espacio de diálogo con los trabajadores, develando que sus derechos no han sido pasados por alto y que lo que no puede primar son los manejos del sindicalismo negro que durante más de una década se ha servido del golpeteo a la estructura municipal.

Jorge Reyes ha afrontado el reto de devolverle a la metrópoli capital, Pachuca, la prestancia ciudadana como eje político de Hidalgo para constituirse como el ejemplo que dignifica a la ciudadanía que menos tiene y que por décadas fue relegada y negada del espacio público citadino de la participación ciudadana en el ejercicio de gobierno.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.