REBEL-ARTE, sin capital político

“Lo que llama la atención es la miopía e inocencia con que el movimiento estudiantil asumió su papel en el conflicto, pues desplegó su fuerza sin pensar en los escenarios que podrían presentarse y tampoco evaluó el jaque político en que pondría al Grupo Universidad”.

REBEL-ARTE, el movimiento estudiantil del Instituto de Artes de la UAEH, agoniza ante la dictadura educativa del Grupo Universidad, que ha jugado de manera magistral dejando al margen de las negociaciones al gobernador Julio Menchaca y aprovechando la inocencia de los jóvenes activistas, quienes entregaron las instalaciones de los diferentes institutos y nulificaron su capital político.

La pausa que significa el fin de año en este conflicto del que ya pocos se acuerdan es el epitafio de un movimiento estudiantil que jamás entendió el significado político de su demanda y el peso que tenía para transformar una universidad que por décadas ha sido un botín político, situación que abrió una profunda herida no sólo en la máxima casa de estudios, sino en la sociedad hidalguense.

Lo que llama la atención es la miopía e inocencia con que el movimiento estudiantil asumió su papel en el conflicto, pues desplegó su fuerza sin pensar en los escenarios que podrían presentarse y tampoco evaluó el jaque político en que pondría al Grupo Universidad ni las implicaciones en la esfera política desde el Congreso local, específicamente en la bancada de Morena. Todas estas aristas expusieron legalmente a la estructura burocrática de la dictadura educativa, así como a su brazo golpeador: el Consejo Estudiantil.

Este escenario explica con claridad por qué las negociaciones quedaron obstruidas y por qué no existe mayor interés en reanudarlas por parte del vocero del Grupo Universidad, Octavio Castillo; es cuestión de tiempo para que REBEL-ARTE se extinga debido a su inoperancia política, además de que nunca penetró en la conciencia ciudadana, lo cual pudo haber sido el respaldo de fondo que requería para despegar en torno a una verdadera transformación de la UAEH.

REBEL-ARTE tampoco profundizó la estrategia que fue apoyada por Santiago Nieto, quien, sensible a la procuración de justicia de un problema educativo con estelas sociales, abrió carpetas de investigación que terminaron fincando procesos legales contra los mercenarios utilizados como golpeadores, además del presidente del CEU, Estaban Rodríguez, acusación que tuvo una proyección jurídica que pudo sentar un precedente histórico contra la Sosa Nostra.

La procuración de justicia encabezada por Nieto Castillo demostró que el Grupo Universidad no es intocable y que el Congreso local se encuentra infiltrado por Morena, lo cual podría debilitar la estructura de operación política rumbo a las elecciones del 2024; de prolongarse el conflicto universitario, se entorpecería cualquier estrategia de movilidad política del porrismo y su control sobre la esfera pública.

El ascenso de Julio Menchaca a la gubernatura fue pieza clave en la fortaleza del movimiento estudiantil, sin que sus dirigentes advirtieran el peso de esta coyuntura política, ya que paulatinamente la estructura de cuadros del Grupo Universidad en la administración de la gubernatura ha comenzado a debilitarse y lo seguirá haciendo, porque es un contrapeso político que genera un lastre en la expansión de Morena en Hidalgo.

REBEL-ARTE, un movimiento sin capital político, ciego, sordo y mudo, pero por sobre todas las cosas, sin conciencia histórica de lo que pudo significar para Hidalgo.


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