Rebeca Aladro ¿en la gubernatura?

Rebeca Aladro, una figura cercana al gobernador Julio Menchaca, condensa uno de los perfiles femeninos que, debido a la reforma de alternancia política de género, habrá de jugar un papel crucial de cara a la sucesión gubernamental de 2028.

La razón crítica en el escenario político de Hidalgo suele sucumbir frente a filtraciones mediáticas que de manera sórdida pretenden guiar la opinión pública y marcar tendencias para debilitar fuerzas políticas o posicionar el juego de intereses públicos y privados.

La contienda electoral en el Poder Judicial ha quedado al garete en una precaria visión ciudadana a nivel nacional. En Hidalgo también se cuecen habas y la precaria e insuficiente promoción en redes sociales de las y los candidatos a los encargos judiciales, enuncia dos nítidas realidades: I. El déficit en la procuración de justicia, el volumen público de su actuación y la dispersión cognitiva de su encargo mantienen alejada a la ciudadanía de su comprensión y alcances. II. La precaria promoción en las redes sociales avizora un escenario famélico en la toma de decisión de la ciudadanía en esta elección, lo que favorece a los grupos, fuerzas y partidos políticos que tras bambalinas se encuentran dando la batalla por su control.

En esta atmósfera, tanto los escarceos y luchas políticas del Grupo Universidad, el Grupo Plural Independiente, la pugna entre la partidocracia de derecha e izquierda y la mano invisible” de políticos de la vieja guardia han dado paso a una confrontación por el Poder Judicial virulenta que se expande sigilosamente en Hidalgo.

Los obstáculos que han enfrentado las y los candidatos en la elección del Poder Judicial perfilan no sólo el extravío de la ciudadanía en la renovación de un poder público de capital importancia, sino, también, la reconfiguración de una arena política que no puede pasar inadvertida y de la cual su causalidad incidirá directamente en la conformación de control de los poderes públicos que inició la izquierda obradorista y que el claudismo ha continuado, cuestión por la que Morena no puede darse el lujo de erosionar una lucha antisistémica que inició con las reformas de AMLO y que el claudismo abandera.

El análisis es nítido. El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no puede darse el lujo de perder el control del Poder Judicial, porque este poder público ha sido el enclave de la preservación de los privilegios de las élites políticas y económicas que amafiaron el rumbo del país. Esto lo sabe bien Sheinbaum Pardo y, junto con López Obrador, transitó en la construcción de una estrategia y proyecto de ruptura antisistémica -la 4T- sobre el antiguo régimen que se construyó desde el control de los poderes públicos.

A diferencia de lo que sucede con la visión y comprensión de la ciudadanía sobre las figuras políticas, las figuras del Poder Judicial son vistas en una escena paralela y distante, por lo que no existe pleno entendimiento que lo que se está jugando es el soporte y estructura política de la orientación de la justicia y el brazo de la represión legal del Estado. Ya han habido reuniones en diferentes espacios de la izquierda y su staff político para evaluar el desarrollo de la contienda electoral por el Poder Judicial, sus alcances e impactos sobre el gobierno de Sheinbaum Pardo, lo que ha mantenido inquieto a Gerardo Fernández Noroña e incluso a Luisa Alcalde.

Rebeca Aladro, una figura cercana al gobernador Julio Menchaca, condensa uno de los perfiles femeninos que, debido a la reforma de alternancia política de género, habrá de jugar un papel crucial de cara a la sucesión gubernamental de 2028. No son muchas las caras femeninas de peso y capital político en Morena y, pese a que Rebeca Aladro no tiene una formación en la izquierda, sí cuenta con la confianza de la estructura política morenista del 4º Piso para encauzar los destinos de Hidalgo.

Aunque aún está “lejana” la decisión sobre la nominación de Morena a la gubernatura de Hidalgo en 2028, los juegos de poder han iniciado de manera vertiginosa y los reflectores se centran en estos momentos en Rebeca Aladro, precisamente porque de dar el salto al Poder Judicial Federal habrán de tejerse las condiciones causales principales como: la configuración de estabilidad y gobernabilidad desde una nueva visión política de género; la continuidad del proyecto de transformación de Claudia Sheinbaum; la consolidación del bastión partidista de Morena; y, desde luego, la sucesión transexenal de 2030 en el apoyo de Hidalgo.

De manera docta, la problemática ontológica por la que atraviesa Rebeca Aladro es su radiografía histórica alejada de la izquierda y su problemática deontológica, estriba en la recomposición del Poder Judicial de Hidalgo en consonancia al claudismo y la 4T.


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