Resulta peligrosa e inocentemente coincidente la consecución de sucesos violentos que se ha generado en diversos municipios hidalguenses, generalmente a unas horas de momentos cruciales del trabajo del gobernador Omar Fayad Meneses.
Por un lado, el mandatario de Hidalgo enarbola como bandera el discurso contra la corrupción, caiga quien caiga, y siguiendo su ejemplo la secretaria de Finanzas, Jessica Blancas y el secretario de Planeación, Laman Carranza, salieron a transparentar las finanzas del estado desglosando puntualmente las cifras en cuestión declarando que la cifra de deuda pública ascendía a 14 mil 834 millones de pesos. Fue en ese momento cuando una serie de crímenes violentos con la misma mecánica se empezaron a suscitar.
Primero, a un par de horas de la declaración sobre una deuda que asciende casi a 15 mil millones de pesos (mdp), aproximadamente a las 22 horas del 28 de noviembre en Tulancingo de Bravo se reportó un incidente de tránsito que, para sorpresa de la Policía Municipal, se trataba de un Volkswagen Golf color gris, con placas del estado de Hidalgo, que se encontraba parcialmente sobre la acera y en cuyo interior había un hombre muerto con disparo en el tórax.
Segundo, al siguiente día, el martes 29 de noviembre, esta vez en el libramiento de la calle Juan Villagrán, perteneciente al municipio de Tizayuca, un hombre fue privado de la vida por un disparo de arma de fuego mientras se encontraba a bordo de su auto. Al igual que el caso anterior, los disparos procedían de hombres armados a bordo de un vehículo cuyas características se omiten por estar abiertas las indagaciones respectivas.
Tercero, para el día miércoles 30 de noviembre por la noche se reporta un posible incidente delictivo en la localidad de Santa Rita, perteneciente al municipio de Cuautepec de Hinojosa; posterior al arribo de la Policía Municipal y la Coordinación de Seguridad Estatal se indicó que se encontraba una persona herida de bala a bordo de su vehículo y actualmente sigue hospitalizado.
Cuarto, el domingo 4 de diciembre, durante la madrugada, se encontró el cuerpo sin vida de un hombre más, ahora en el barrio de San Nicolás, en Ixmiquilpan. Al parecer el hoy occiso en horas previas acudió con su novia a un bar donde discutió con un grupo de sujetos que resultaron tan molestos que lo siguieron hasta su domicilio para detonar seis impactos de bala.
Curiosamente el mismo 30 de noviembre, unas horas antes, el gobernador Omar Fayad Meneses ante la prensa aclaró lo que calificó como una falta de asimilación sobre la información otorgada por Blancas y Carranza, describiendo la cantidad de la deuda como una transparentación de pasivos sin que mediaran desvío o desfalco alguno por parte de la administración de su antecesor, Francisco Olvera Ruiz.
Resulta sospechosa la escalada de violencia repentina cada que Fayad Meneses intenta poner orden y señalar los desvíos de recursos por parte de las secretarías que integran el gobierno del estado de Hidalgo.
Aunado a todo esto, encontramos la actitud cada vez más desesperada de los olveristas, que con tal de salvar sus cabezas y permanecer en nómina gubernamental, no han dudado en señalar anónimamente a sus compañeros de trabajo como los presuntos “corruptos”, sobornar para que sus nombres no aparezcan y algunos hasta amenazando desesperadamente.
Si las cabezas que no fueron titulares están al borde del llanto por la preocupación de que se descubran sus conductas ilegales y corruptas, imagínese la preocupación que rodea a quienes encabezaron cada área de la administración estatal.
En este momento podemos presenciar que José Francisco Olvera Ruiz y su gente se marchen impunemente, pero tal vez sea tiempo de dejar de señalar a los que ya todos conocemos y voltear a ver a todos aquellos funcionarios que colaboraron para hacer realidad los desvíos ilegales.
Ojalá que el actual gabinete no sólo despida a toda la gente inservible, sino que se generen investigaciones sobre sus conductas para responder legalmente por haber permitido los actos de corrupción de sus jefes, a los que tanto extrañan.
Porque no es casualidad que esta terrible ola de violencia y ejecutados se origine a partir del anuncio de Jessica Blancas, y luego el discurso del gobernador tratando de suavizar las cosas. Parece que los grupos de la administración anterior aún no pueden superar su salida y están echando mano de todo lo que tienen a su alcance para calentar Hidalgo y amedrentar al gabinete.