El año pasado se anunció con bombo y platillo la entrega del recurso del Fortaseg, con la promesa de implementarlo para que municipios se ayudaran en el combate a la delincuencia y para la capacitación de elementos de seguridad. Sin embargo, los resultados y evaluaciones de dicho sistema son poco claros y los errores de ventilación nacional, pero de unos meses para acá se anunció la «eficiencia» de policías «casualmente» en los municipios acreedores al recurso federal para 2019: Pachuca, Tulancingo, Huejutla, Tula, Mineral de la Reforma y Tizayuca.
Llama la atención que, a pesar de la situación de violencia que se vive en Cuautepec y Tepetitlán por el huachicoleo, estos municipios no fueron integrados al Fortaseg, mientras que después de los constantes linchamientos, Ixmiquilpan y Metepec tampoco están entre los beneficiados. Menos aún figuró Tezontepec de Aldama, donde los muertos ya son parte de la cotidianidad, o Tlahuelilpan, que después de la tragedia se hizo pública la amenaza constante de los delincuentes hacia autoridades.
En cualquiera de los municipios mencionados el recurso es urgente y la población continúa viviendo entre ejecuciones, toques de queda y miedo, pero los encargados del Fortaseg han demostrado su «eficiencia», que más bien suena a politización de recursos municipales rumbo a las futuras elecciones. ¿Será que las decisiones de Juan de Dios Pontigo Loyola son para favorecer la candidatura de su hermano, Adolfo Pontigo Loyola por Pachuca, Mineral de la Reforma o Tulancingo?, pues el reparto de dinero está justificado en boletines de prensa de los policías municipales, aunque la realidad de la gente dista mucho de los dichos.