Este viernes, comerciantes ambulantes del centro de Ixmiquilpan se manifiestan en contra de un operativo de reubicación llevado a cabo por el ayuntamiento, liderado por el alcalde Emanuel Hernández. La acción busca liberar las calles del primer cuadro del municipio del comercio informal como parte de un programa de ordenamiento urbano, lo que ha generado un fuerte rechazo por parte de los vendedores.
El operativo inició con la presencia de funcionarios municipales y elementos de la Policía, quienes procedieron al retiro de comerciantes y mobiliario. En respuesta, los afectados se concentraron frente a la presidencia municipal para expresar su descontento y posteriormente bloquearon la carretera México-Laredo, a la altura del Museo de la Cultura Hñähñu, paralizando el tránsito en ambos sentidos.
En el lugar se encuentran agentes antimotines en espera de instrucciones, mientras la tensión entre manifestantes y autoridades continúa escalando.
Posición del ayuntamiento
En un comunicado oficial, el gobierno municipal explicó que la medida responde a una necesidad de ordenamiento, respaldada por una “demanda generalizada del 98% de la población ixmiquilpense”. Según el documento, la reubicación se llevó a cabo tras un proceso de diálogo con organizaciones de comerciantes, iniciados desde septiembre, y ninguna acción fue tomada de forma arbitraria.
El ayuntamiento destacó la habilitación de la Plaza Hyadi, un espacio con capacidad para 245 comerciantes y área de alimentos, estacionamiento y sanitarios, ubicado en el barrio de San Antonio. Asimismo, señaló que un porcentaje importante de los vendedores informales cuenta con locales en otros mercados, mientras que otros provienen de estados vecinos.
El conflicto
Pese a las alternativas ofrecidas, los comerciantes consideran la reubicación como una afectación directa a sus ingresos, argumentando que la ubicación propuesta no tiene el flujo de personas necesario para garantizar sus ventas.
Mientras tanto, el bloqueo en la carretera continúa afectando la movilidad en la región, mientras las partes involucradas no logran llegar a un acuerdo definitivo. La situación mantiene en vilo a Ixmiquilpan, generando un debate entre la necesidad de orden en el centro histórico y los derechos de los comerciantes.