La mayoría de los colegas se fueron con la finta y decidieron nombrar a Benjamín Gil como el mánager del año.
El ex big leaguer, en su primera experiencia en la Liga Mexicana, tras ser un manejador triunfador en la Liga del Pacífico, terminó como líder de la zona norte, con los Mariachis de Guadalajara, con 46 victorias por 17 derrotas.
Tratándose de un equipo de expansión, la cosa tiene mucho mérito, pero este debe de dársele mayormente a la directiva, que consiguió conformar un equipo muy redondo, recurriendo a veteranos, agentes libres o extranjeros poco conocidos.
El máximo atractivo de Gil fue la contratación de Adrián González quien, luego de estar alejado de los diamantes, regresó para batear .340, con 6 jonrones y 41 producidas. Otro retorno importante fue el de Jesse Castillo, quien bateó .357, con 11 cuadrangulares y 49 empujadas.
El champion bat fue Leonardo Heras, quien terminó con .401, 9 cuadrangulares y 42 impulsadas, superando a su compañero Niko Vásquez, que mantuvo el liderato de bateo por muchas semanas, para terminar con .387, 11 jonrones y 51 producciones. El importado Luis Sardiñas bateó .332, 9 y 40, y Beau Amaral, .336, 5 y 39; así es que más de la mitad del equipo terminó sobre la cifra mágica, haciendo que la mayor parte de los juegos se ganaran por paliza.
En el picheo destacó el japonés Masaru Nakamura, quien terminó invicto con ocho victorias y fue nombrado lanzador del año, pero en el bullpen no brillaron Anthony Vázquez, Mark Serrano, Alejandro Chávez ni Alejandro Duvalín, aunque Fernando Cruz fue un cerrador confiable.
El parteaguas de la labor de Gil fue su desastrosa actuación como emergente en los Juegos Olímpicos, donde perdió sus tres juegos. A su regreso de Tokio ya no fue el mismo y, tras sufrir en los playoffs contra los Algodoneros de Unión Laguna, fue derrotado en la final norteña por los Toros de Tijuana.
Así, pues, su nombramiento como mánager del año se debe más a la fama de invencible que lo rodeaba, que al trabajo que realizó, cosa que debe resaltarse, al contrario, con Pedro Meré, quien con muchos menos recursos llevó a los Olmecas de Tabasco de regreso a los playoffs.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
