Uno de los estrenos más esperados de la temporada es Benedetta, la más reciente cinta del polémico director holandés Paul Verhoeven.
El guion se basa en una novela sensacionalista de Judith C. Brown, titulada Actos inmodestos; la vida de una monja lesbiana en la Italia del Renacimiento que cuestiona la historia oficial de la Iglesia, que canonizó a Benedetta el 19 de mayo de 2002.
En la cinta, la pequeña Benedetta (Elena Blonka) sobrevive a una grave enfermedad y por ello es consagrada al monasterio de Pavia, dirigido con mano férrea por la abadesa Felicita (Charlotte Rampling).
Benedicta, como se le conoce en español (Virginie Efira), tiene visiones místicas y vive en un mundo espiritual, hasta la llegada de la campesina Bartolomea (Daphne Patakia), que la inicia en los placeres de la carne.
En realidad, Benedetta ingresó al convento a los 25 años, luego de haberse casado con un hombre igualmente religioso.
El sacerdote Alfonso Cecchi (Olivier Rabourdin) comienza a dar a conocer sus milagros, para promocionar su propia carrera y nombrarla abadesa, sin percatarse de que Felicita peleará por su cargo y lo denunciará ante el nuncio Alfonso (Lambert Wilson), en plena época de la plaga negra.
Resulta evidente que el director de Robocop regresa a sus orígenes, con cintas como Delicias turcas, apoyado por la actriz de Adiós idiotas y Un hombre de altura, en su papel más serio, y la inolvidable intérprete de Portero de noche.
Benedetta resulta, pues, un filme polémico que busca el sensacionalismo y no será del agrado del público creyente.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
