En las andadas de la ignorancia e inopia política, Enrique Peña Nieto nos acostumbró a la estupidez y a la risotada social frente al desconcierto de su mandato, pero lo que más nos debió desconcertar fue la cantidad de votantes que confiaron en el otrora último cachorro del grupo Atlacomulco.
Una de las tropelías del expresidente Peña Nieto fue el plagio de su tesis de licenciatura, cuestión que no puede causarnos estupor, porque carecía de cacumen hasta para poder leer tres libros, a excepción de algunos pasajes de la Biblia que su abuelita le leía.
Quien haya dicho que un rayo no cae dos veces en un mismo lugar, no conoce la realidad política de México: Xóchitl Gálvez, todavía en el trayecto de la alianza opositora como cuasi candidata a la presidencia de México para 2024, ha resultado una “plagiaria inconsciente”, es decir, “sin querer queriendo”, en su tesis como ingeniera en Computación fue detectado el plagio de diversos párrafos no citados como se debe y esto ya dio pauta a una investigación por parte de la UNAM. Al respecto, Gálvez declaró: “Me apendejé”, con su singular léxico que a todos los chiquitines nos encanta, dicho que ahora ratifica con que “tiene muchos huevos para afrontar cualquier acusación en su contra”.
Ya desbordada por los cuestionamientos de la prensa, Gálvez declaró en tono serio: “Si la falta es suficiente para anular mi título, aceptaré”, cuestión ridícula, pues ¿desde cuándo plagiar una tesis es insuficiente para anular un título? Si este plagio sucediera en el ámbito de patentes por inventos, registros de propiedad intelectual, comercial y otras tantas, daría lugar a sanciones legales, cuestión que esperemos que la UNAM no tome a la ligera ni justifique con un “me apendejé”.
Afortunadamente para Xóchitl Gálvez, para tener un puesto político de elección popular todavía no es necesario saber leer ni escribir y mucho menos contar con un título universitario, lo único que no se vale en el ejercicio de gobierno, es decir: “¡Me apendejé!”.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.