Las estrellas caninas más famosas del cine son Lassie y Rintintín, pero a nivel nacional han existido filmes como «Guardián, el perro salvador», de Humberto Gómez Landero. Esto viene a colación por el estreno de «Cometa, él, su perro y su mundo», de Leonardo Arturo, que supuestamente servirá para ayudar a los 17 millones de perros callejeros que existen en México.
El guión del propio realizador, Carlos González y Luis Miguel Urbina, es en realidad un melodrama edificante en el que el perro tiene solamente un papel secundario.
La historia va así: Roberto (Louis David Horne) es un padre amoroso y soñador
que es incapaz de pagar la renta, pese a la ayuda de su abnegada esposa Berenice (Lizzy Auna). Para colmo de males, es despedido de su trabajo de panadero por sus constantes retrasos, y ante el enojo, su suegro, Pepe (José Salop), se lleva a su casa a su hija y a su nieto para que no pasen hambre. Entonces, Roberto tiene que ganarse la vida como mesero y cuenta cuentos callejeros: en ese momento se encuentra a Cometa, un perro callejero cuya enfermedad motivará a Roberto a encontrar su camino.
El filme no puede evitar un tono moralino y paternalista cuyo único mérito es hablar por primer vez de la adopción de perros callejeros.
«Cometa, él, su perro y su mundo», es un fallido filme con un reparto poco conocido, que se pierde en el camino de las buenas intenciones.

Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.