Para el feminicidio de Denisse se pide ¿venganza o justicia?

Lo que inicialmente fue una marcha para pedir justicia por el feminicidio de la adolescente Denisse en San Agustín Tlaxiaca derivó en una turba decidida a hacer justicia por mano propia contra quien consideraban era el responsable del caso, ello en alusión a supuestos videos donde dijeron aparece con la joven.

Antes de llegar a ese clímax, del cual este reportero fue “regañado” por colegas más experimentados al tomarse la osadía de querer estar lo más cerca de la imagen, el colectivo Rayito Feminista organizó junto a familiares de la víctima una caminata pacífica para reclamar lo sucedido.

El punto de salida fue el panteón de municipal, en el cual un día antes fue exhumada Denisse, desaparecida y encontrada muerta en Ajacuba con visibles señas de violencia y que ahora se suma a la estadística que en unos días más reportará el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

En el camposanto se prepararon cartulinas con las frases ad hoc para estos reclamos sociales que siempre encuentran un punto de ebullición, hartazgo y dan pie a la organización: “Disculpa si te molestamos, pero nos están matando”; “Ni una menos”; “Justicia”; “Justicia para Denisse”; entre otras.

Además de la bocina donde se lanzarían las mismas consignas que versaban ya en letras con marcador indeleble, que tanto colectivos como padres de víctimas desearían fuera igual de permanente entre las autoridades.

Llegó la hora de partir y el sol, que arreciaba y a más de uno sacaba la gota de sudor, no impidió que el colectivo hiciera valer su consigna: “Quemaremos todo para hacer justicia”. Durante el recorrido se lanzaron gritos de exigencia de justicia y reclamos ante las autoridades porque hoy fue Denisse, antes muchas más.

En la marcha, una persona familiar de la joven alentaba al grupo de personas a seguir y aludía saber quién era el responsable, dato importante pues posteriormente serviría como mecha para “ajusticiar”, que en Hidalgo ya se tiene práctica en eso.

En paralelo al punto de partida quedó el palacio Ejecutivo local, donde ya había carteles pegados y se lanzaron más consignas; aunque quien animara momentos antes para marchar, ahora pedía apoyo junto a otros hombres, uno tío de la menor, para “tomar” la sede y obligar al alcalde Belén Arturo Hernández Máximo a dar la cara.

Los individuos exigían con gritos y groserías la presencia del alcalde con un ultimátum de tiempo, pero sin que se llegara a poner violenta la situación.

Sin embargo, Rayito Feminista exhortó a mantener la civilidad y no llegar a esos extremos, aunque las declaraciones no sentaron bien, pues se llegó a un confrontamiento entre los presentes a tal de decir del lado feminista <<no permitamos que nos usen, compañeras>>, por lo que hubo un deslinde y el contingente siguió su ruta, que era dar vuelta por diferentes calles hasta llegar al asta bandera.

Aunque antes se hizo una parada por demás obligatoria en la vivienda de quien en vida llevara el nombre de Denisse, vida que le fue truncada junto a sueños y esperanzas, que se enmarcó por un moño blanco y además una cartulina fluorescente en la fachada que invitaba a los rezos que dicta la tradición católica.

En el sitio, se externó un posicionamiento en el que destacaba la presencia de autoridades, pero antes se dio un pésame a la familia y se mantuvo un minuto de silencio, que además de remembranza también quedará marcado en los conocidos de la adolescente al privarse de todo lo que pudo haber dicho en pláticas causales o gritos de emoción.

Al fin de la actividad, cerca de las 15:30 horas en el asta bandera, fue colocada una ofrenda para la chica de 16 años con flores, veladoras y un tapiz de hojas con el rostro de ella. Parte del grupo se disolvió y por momentos la calma reinó en lo que parecía la conclusión del evento citado.

No obstante, una chispa brotó entre pobladores y los ánimos se calentaron para explotar en la exigencia para que Hernández Máximo y autoridades estatales se hicieran presentes; incluso, fue tomada por varios momentos la alcaldía, en cuyo interior se encaró a un funcionario y tras la espera nadie llegó.

 

El linchamiento… fallido

Aún más enardecidos, pero sin hacer desmanes, surgió la idea de ir a buscar al presunto responsable por cuenta propia, o en las patrullas, aún no se definía, pues los presentes “iban de un lugar a otro” con sus pretensiones; se hizo un intento fallido pero se decidió mejor optar por los vehículos oficiales y esa fue la nueva demanda: que se presentaran para un “traslado”.

No se cedía en ello, pues pese a que se le encaraba al oficial comandante este no daba respuesta <<y largas>> se oía; así se mantuvo un par de minutos entre más confrontaciones entre si era bueno o malo.

Al fin la presión hizo eco y arribó una patrulla, <<pero necesitamos más>> se escuchó, pues en la empresa que se montaba para ir tras el culpable no cabría en esa pequeña batea; por lo que arribaron más y se “amotinaron” unas 40 personas dejando solo al conductor.

El trayecto se fijó: el municipio vecino (Ajacuba) de donde residía el señalado, “y maldecido” en reiteradas ocasiones. El redactor junto a un colega emprendieron la persecución; los pobladores señalaban al conductor el camino, quien en varias ocasiones erró la desviación y, se escuchaba, era reprendido.

 

La casa ya estaba vacía

Al arribar a la localidad Tulancalco, una muy pobre que sería motivo de estudio por organizaciones, la turba -ahora sí le queda el calificativo-, se “organizó” para establecer un cerco que evitara la fuga del hombre, de quien valió un viaje intermunicipal.

No obstante, fue en vano, ya que de inmediato se advirtió la soledad de la vivienda sin que se encontrara residente humano alguno, “pero sí animal” que daba cuenta de la rapidez con la que debió haber salido la familia, pues algunos aún estaban atados.

Se precisó, con tono de reclamo, que esta acción debió hacerse el día anterior, pues se dijo el hombre tuvo oportunidad de escapar; pero la sed de “venganza” no se detuvo y se vandalizó la vivienda, una equivocada al principio que era del hermano del “imputado por el pueblo”, la otra estaba metros adelante.

Lo que siempre “sufre” de inicio en estos casos es la cristalería, que solo hace falta una piedra para dañarla; así se hizo con todo al interior de la sencilla casa apenas pintada en una pared de verde limón.

Los ánimos pedían incendiarla y no se hizo esperar más, la turba “arrancó” por los dos colchones del único dormitorio, el humo comenzó a salir y se percibió un aire de “victoria” disimulado con la fumareda.

Pero “se quería más” y alguien gritaba <<esta también>> (una camioneta estacionada en la entrada), pero eso desencadenó, otra vez, un conflicto de ideas, que es raro salgan en este tipo de justicia por mano propia, no se hizo caso a la muestra de bondad de no tocar lo que sería una propiedad ajena y se comenzó, nuevamente, por la cristalería de la unidad, luego por los faros y al final su interior, aunque este no varió mucho ya que se apreciaba la mala condición en la que la mantenía su propietario, que “quien sabe si siempre sí fue del señalado”, se oía en algunas voces.

Las llamas salían cada vez más recio y todos los presentes se movían de un lado a otro buscando qué hacer, qué romper, qué quemar, ello aplicaba también para los reporteros presentes que no sabían a dónde enfocar sus lentes: a la casa en llamas, a la camioneta o a los presentes.

Esas mismas llamaradas despertaron entre “los ajusticiadores” una preocupación de los animales cercanos y se pidió dejarlos en libertad; <<ya no tienen a nadie que los cuide>>, se escuchó de una voz masculina.

Entre el caos del incendio se logró rescatar una fotografía del “imputado colectivamente”: un adulto de aproximadamente 40-50 años con ropa vaquera y fotomontado frente a un Cristo, de lo que se hizo mofa ante los supuestos actos que se le imputan. Se llamó, ante las cámaras que grababan, reconocerlo y dar con su paradero. Además de que se le volvió a describir de una forma que un padre dictaría 10 Padres Nuestros.

El “hambre se sació” y la calma comenzó a volver, pero no por mucho, pues uno de los presentes señaló que a la distancia en un cerro se veía una figura humana que hizo inferir a los presentes que se trataba de la persona a quien se fue a buscar…Pero no se logró llegar a un acuerdo de ir por él, en caso de que fuera.

En el transcurso, pasó desapercibida la visita de un funcionario municipal ataviado con chaleco de Policía local, no se le hizo caso por la mayoría, salvo unas tres personas que le cuestionaron el pobre actuar, a lo que refirió que sí hubo tal pero refirió que la secrecía del caso ameritaba guardar distancia.

 

Se calmó todo

Finalmente, la turba entró en calma y regresaba a los vehículos oficiales “prestados” que la llevaron hasta el sitio donde se creía estaba el presunto feminicida de Denisse; pero surgía, apenas en pañales, la idea de ir de inmediato ante instancias de otro orden para exigir justicia y respuestas; no prosperó y se dejó todo, no como estaba, pues atrás quedó una casa en llamas y animales a su suerte, bajo la consideración de ustedes, lectores, de que afortunadamente no había nadie, pues incluso estas líneas serían distintas y otra hubiera sido la historia.


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