Por ahí del jueves y el viernes se corrió la voz acerca de que Onésimo Serrano González, exdelegado federal de la SEDESOL y la SEDATU, habría sido inhabilitado por un periodo de hasta 10 años, en los que no podría ejercer cargos administrativos en cualquiera de los tres niveles de gobierno.
De ser cierto, estaríamos ante un interesante final de uno de los peores capítulos de corrupción en la entidad, y que deja ver lo que significa para los buenos priistas, que siempre están buscando esa oportunidad -o que la buscaron- de ser delegados federales o tener buenos cargos para hacer las cosas bien.
En Hidalgo los principales encargos siguen estando dominados por el PRI, por lo que la inhabilitación de Onésimo Serrano es una señal de que las cosas se harán bien, aunque por la cercanía que mantiene con la familia Osorio no pasará a mayores ni se hará pública la sanción.
Pero todavía quedan Christian Guevara, subdelegado de la SEDESOL, quien dicen hizo de las suyas durante el periodo de Onésimo Serrano González, y la mujer que estuvo encargada de la SEDATU estos últimos meses, persona del exdelegado federal que le permitió continuar ejerciendo sus funciones de forma indirecta.