Omar Fayad: de la traición a la 4T

Omar Fayad es la encarnación no de la traición política, sino de la fractura interna de un partido que hizo de la traición y desconfianza política, los vectores de su poder, cuya retórica del vacío de conducción social es el rostro de su decadencia política.

Inquietante cierre de campaña en Hidalgo, no por el resultado, sino porque la extinción del dinosaurio y los resabios del antiguo régimen que, frente a la crisis política que viven, se encuentran en una etapa de destrucción y acusaciones que marcará una purga intestina en las filas del tricolor.

 

La figura de Omar Fayad, exgobernador de Hidalgo, ha estado en el ojo del huracán desde que la 4T llegó con las visitas de AMLO a Hidalgo, construyendo un pacto político” cuyos alcances trascendieron a la Embajada en Noruega que ocupa actualmente el político hidalguense y que puso tierra de por medio frente al vendaval que focalizó las pesquisas de la Estafa Siniestra. Estas pesquisas judiciales se encuentran en un impasse frente al proceso electoral, pero una vez concluido, habrá de sacudir la búsqueda de la malversación pública, la corrupción e impunidad que aún está realizando Francisco Fernández Hasbun.

 

Sin embargo, la degradación política que ha experimentado el PRI Hidalgo y la alianza opositora, ya que el sistema político se derrumba estrepitosamente para el tricolor, precipitan la inconsistencia de la purga, donde la cúpula no realiza una mea culpa, sino la distribución y descargo político sobre la casta que abandonó el barco cuando se estaba hundiendo y, sin cortapisas, migró a partidos satélites o formó grupos políticos como el GPI de Omar Fayad; por cierto, compadre de Sergio Baños que también para Viggiano Austria es un traidor.

 

En este trazo de culpabilización, Carolina Viggiano arremete contra Omar Fayad acusándolo de traidor al PRI y, por ende, de todos los principios, ideología y valores que el tricolor le enseñó por años, al grado de encumbrarlo como gobernador del estado de Hidalgo, encargo público que ni la misma oriunda de Tepehuacán de Guerrero ha podido ocupar y que se ha diluido frente a un escenario complejo de alternancia política donde Morena Hidalgo es amo y señor.

 

La lectura de Viggiano Austria sobre la traición de Omar Fayad y su incorporación a la 4T consiste en que el exgobernador hizo un compromiso para destruir al PRI y que hubo acciones concertadas, duras palabras que ya no evocan a los años mozos donde la foto del tricolor se tomaba con las figuras de una rancia aristocracia política que gobernaba a Hidalgo entre el caciquismo y el clientelismo político.

 

En un imaginario prácticamente novelesco, al estilo de Orson Welles en la “Guerra de los mundos”, Carolina Viggiano argumenta que el “PRI se ha vuelto a levantar”, frase ambigua que al estilo de Orson Welles asemeja que los alienígenas recobrarán la tierra perdida y a los terrícolas en la metáfora que el PRI habrá de recuperar, al menos en Hidalgo, lo perdido, cuando en los hechos esto es una ficción y no una realidad política.

 

El análisis crítico de este escenario no estriba en los vectores de las acusaciones de traidores y leales al PRI, sino, que al más puro estilo de las purgas políticas de Stalin en la URSS, Carolina Viggiano ya inició la depuración intestina que decapitará cualquier expresión política de disenso y, desde luego, de disidencia al tricolor. No obstante, el marco de la defección y migración masiva que se produce en desbandada, auguran escenarios negros días antes de los comicios del 2 de junio.

 

La decadencia del PRI Nacional y del PRI Hidalgo tiene raíces en el autoritarismo de cúpula que se replicó a la calca en las entidades de los estados por décadas. Esta condición profundizó la antidemocracia del partido tricolor en sus bases militantes y que, en torno al juego de prebendas y recompensas para los cabecillas y caciques de cada sección y segmento en operación partidista, disfrazaron una realidad de autoritarismo y verticalidad política del viejo clivaje tricolor.

 

Omar Fayad es la encarnación no de la traición política, sino de la fractura interna de un partido que hizo de la traición y desconfianza política, los vectores de su poder, cuya retórica del vacío de conducción social es el rostro de su decadencia política.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , ,