En unos 118 días, el 5 de septiembre, el gobernador Omar Fayad cumplirá 4 años de su sexenio y le quedarán 2 años de gobierno. No es raro que ya se piense en la sucesión, porque las flechas apuntan en esa dirección; mucho de lo que pase en ese escenario se regirá por el trabajo realizado con responsabilidad.
A Omar Fayad le tocó gobernar Hidalgo en un escenario muy diferente al de sus antecesores, quienes tenían casi todo a favor y una oposición más de palabras que de hechos, por su paupérrima presencia.
Para empezar, el presidente de la República no es de su partido, el Congreso local es mayoritariamente de un instituto distinto al suyo y, por su composición, del Grupo Universidad, y tiene una sola consigna: destruir todo lo que represente a Fayad.
Por si esto fuera poco, a Omar le toca gobernar con embozados de su propio partido, personajes que antes fueron los grandes funcionarios que repetían sexenio tras sexenio, resentidos porque para esta administración se dio entrada a nuevas apuestas políticas; no perdonan que les hayan quitado la nómina generosa y el poder que llegaron a tener -y pensaron que era para siempre- y ahora desde las sombras rumian su venganza.
Súmele a eso la acción de los hidalguenses que tienen poder federal y que en la actitud más medida se sienten con más autoridad que el gobernador. Por si esto fuera poco, Hidalgo está rodeado de estados que son un peligro, sobre todo en materia de inseguridad, que no se puede negar que es fuerte en la Ciudad de México, Estado de México, Puebla y Veracruz.
Ese es el escenario en que ejerce el poder Omar Fayad.
CON AMLO
Muchos pensaban que Fayad Meneses tendría una relación de confrontación con el presidente, lo que permitiría a grillos de casa erguirse como defensores del jefe de la Nación. Pero no. El gobernador apostó por una relación de respeto y solidaridad con Andrés Manuel López Obrador, la cual se ha traducido en grandes logros para el estado, incluso ha habido visitas presidenciales casi cada mes.
Entonces apareció la gente molesta, que esperaba ver a Fayad con espada y lanza y en pelea constante; lo mismo se molestaron personajes de su propio partido que del Grupo Universidad, que se pensaban los preferidos y consentidos de López Obrador.
Pero tan no lo son, que sigue vigente la investigación de muchos millones de pesos que les pesan como cadenas, y fue un acierto que detuvo a quienes le buscan tres pies al gato, particularmente las garzas, y están obsesionados con lastimar al gobernador.
La jugada que les había permitido apoderarse del Congreso llegó a su fin por la buena relación entre el presidente y el gobernador, y el invierno cortante entre el inquilino de Palacio Nacional y el grupo de Gerardo Sosa.
CONGRESO DE VERGÜENZA
La LXIV Legislatura de Hidalgo, mayoritariamente de Morena con 17 diputados (de los cuales por lo menos 9 son del Grupo Universidad), ha resultado una vergüenza por el mangoneo que ejerció Sosa Castelán.
Bajo la presidencia de un prepotente diputado de Tula se permitieron hechos vergonzosos como el uso faccioso del presupuesto, orientado a beneficiar a la Universidad del patrón y con intención electorera la decisión de apoderarse de 750 millones de pesos, así como un trabajo pésimo para una Reforma Electoral que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inválida por estar hecha con las patas.
Pero esa no fue su peor conducta, sino su pésima actuación política, que se convirtió en una cacería del gobernador, al que estorbaron en todo, e incluso se volcaron en acciones torpes como buscar juicio político porque así se los ordenó su patrón, con posicionamiento de tal engreimiento que el de Tula se negó a dialogar con el secretario de Gobierno, Simón Vargas, porque dijo que no era su par.Vaya soberbia de este sujeto, mareado en el ladrillito al que lo subió su amo.
Finalmente, los diputados garzas enseñaron el cobre cuando, en maroma de chapulines, dejaron el Congreso para ir en busca de un hueso que le sirviera a su jefe en el control que quiere ejercer en Hidalgo. Y en actitud de total descaro regresaron dos garzas, el de Tula y Jorge MAYORGA, de Tepeapulco, además de otros dos diputados no garzas.
De hecho, el Grupo Universidad ya no tiene el control de la Cámara de Diputados por todas las groserías y abusos que ha cometido; sin lugar a dudas, el tiempo bajo el mando garza ha sido uno de los peores en la historia del Poder Legislativo en Hidalgo.
Este grupo político no ha cambiado su actitud de persecución a través de sus medios de comunicación, con sus peones y alfiles que tiene jugando en el ajedrez grillo en el estado. Y todo este odio contra Fayad tiene una razón muy clara: cobrársela porque no se apegó a los caprichos del jefe, como a lo mejor pudo haber pasado en otras administraciones.
HABLAN LOS HECHOS
A la mitad de su gobierno, Omar Fayad está entregando buenas cuentas al estado: la inversión de más de 64 mil millones de pesos y la generación de más de 20 mil empleos con el anuncio de los últimos 4 mil en plena pandemia, hechos que hablan de un excelente trabajo en equipo.
Asimismo, el Consejo Nacional de Evaluación de Políticas Públicas (CONEVAL) indica que Hidalgo es el segundo estado de la República que ha tenido mayor avance en el combate a la pobreza, pues el índice bajó de 50.6 por ciento a 43.8 por ciento, que se traduce en más de 167 mil hidalguenses que han abandonado la pobreza extrema.
En el rubro de seguridad hay acciones contundentes como la instalación del C5i,que permite a Hidalgo, pese a la vecindad con entidades verdaderamente peligrosas, mantener un clima de tranquilidad, sin dejar de ver los problemas que se tienen.
PANDEMIA
La pandemia por el covid-19 ha mostrado a un gobernador que ejerce el poder con enfoque en la prevención, pues ha tomado decisiones que le han permitido a Hidalgo enfrentar la situación con hospitales suficientes, excelente personal médico y tecnología de punta, todo para bien de los ciudadanos.
Con determinación ha puesto en marcha programas como el Operativo Escudo y el “Hoy No Circula”, pese a las campañas en contra de los de siempre, que le apuestan más a la ganancia grilla que a salvaguardar vidas humanas.
El equipo de trabajo del mandatario ha mostrado tamaños para ejercer el poder en cada uno de sus encargos. Lo han hecho bien: Simón Vargas, con madurez y capacidad; José Luis Romo, que ya demostró espolones para los cargos que ejerce; Jessica Blancas, con un desempeño impecable en Finanzas; Lamán Carranza, apuesta inteligente en Planeación y Prospectiva; Mauricio Delmar, en Seguridad; Atilano Rodríguez, en Educación; Carlos Muñiz, en Agricultura; José Ventura Meneses, en Obras Públicas, y así todos, haciendo valer un principio elemental: el trabajo.
Este es un escenario aproximado del gobierno de Omar Fayad, cuando casi cumple cuatro años en el cargo, con una balanza a favor por hechos y logros que no se pueden negar, por mucha mala voluntad que se tenga. Y esto cuenta en las jugadas políticas del poder. Falta poco y el agua se empieza a mover.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.