Dentro de cualquier premisa sobre el sentido imperialista del ejercicio de gobierno desde la Casa Blanca, la administración de Barack Obama resultó mucho más racional, tolerante y abierta, incluso a nivel geopolítico en el orbe, y eso limpió la imagen del Tío Sam.
Pero todo tiene un fin, y en su último discurso Barack Obama hizo un llamado a la tolerancia, la igualdad e inclusive, se mostró en pro de la inmigración, temas todos ellos en los que insistió durante su administración, sin que ello signifique que hayan existido cambios sustantivos para la ciudadanía, que terminó abortando el proyecto demócrata.
Obama dejó una estela de incertidumbre ante los alegatos de Trump, ante la furia que posiblemente se desatará con una administración vertical, conservadora y beligerante.
Era negro pero con leche, muchos blancos lo veían como un “negro políticamente correcto”, cosa que con muchos presidentes blancos ha pasado a la inversa. Lo cierto es que los demócratas se equivocaron con Hillary y la consecuencia es Trump.
La mierda nos corroe. Ahora tendremos que tratar de coexistir con un “político” ultraconservador, que cada vez que abre el hocico destila tanta mierda y maldad que pone a temblar a gobiernos, bolsas de valores y personas comunes, cuestión que se conoce como el “síndrome Trump”, que ha desatado tantas incertidumbres que muchos niños en México le pidieron a los santos reyes que el magnate no le hiciera daño a México.
No voy a extrañar a Obama porque muchas de sus medidas lastimaron a los migrantes como intentaron imponer el orden al estilo Casa Blanca, pero sí lo despido pensando en que era más blanco que el pan de Dios.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
