El lanzador nayarita Juan Manuel Palafox, quien debutó con los Tigres capitalinos como miembro de la Academia de Pasteje, y que los abandonó para convertirse durante 26 temporadas en un ganador de 217 juegos en siete diferentes equipos.
Por su parte, el zurdo tabasqueño Cecilio Ruiz también formó parte de los Tigres, para luego mudarse a Tabasco, donde era prácticamente invencible ganando 158 juegos y perdiendo 116, con un respetable 3.27 en carreras limpias.
También ingresó otro lanzador zurdo, Ricardo Sandate, quien durante 15 temporadas obtuvo 142 victorias, la mayor parte de ellas con los Petroleros de Poza Rica. Fue considerado un pitcher de mala suerte, para muestra un botón, pues en un juego que ponchó a 18, perdió dos a cero. Su 2.80 en carreras limpias demuestra su grandeza. En 1981 jugó con los Diablos Rojos.
Otro lanzador, pero de Grandes Ligas, fue el michoacano Yovani Gallardo, que durante 12 temporadas ganó 121 juegos con los Cerveceros de Milwaukee.
El segunda base Miguel Flores se convirtió en un emblema de los Sultanes de Monterrey, con los que jugó durante 14 temporadas siempre brillando con el guante y con un espléndido .315 de bateo.
El versátil Ramón Orantes jugó durante 24 temporadas con seis diferentes escuadras con un .283 de por vida.
Finalmente, el ampáyer Luis Alberto Ramírez quien mostró su calidad internacional en los diamantes.
Enhorabuena a estos nuevos inmortales del béisbol mexicano.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.