La presidenta Claudia Sheinbaum sigue promulgando decretos para hacer realidad un paquete de transformaciones reivindicatorias a la ciudadanía que van desde el refuerzo de las pensiones a mujeres hasta la incorporación a nuevos proyectos políticos de los sectores vulnerables de la sociedad.
En el inicio de su sexenio, Sheinbaum Pardo ha revitalizado los vínculos políticos con Julio Menchaca que ha redoblado sus esfuerzos en las nuevas Rutas de la Transformación en Hidalgo. Las Rutas de la Transformación se han unido al trazo político de empoderamiento de Morena a nivel nacional, creando un efecto de liberación política de la ciudadanía de las fuerzas del antiguo régimen; al tiempo que pavimentan la transición política transexenal, donde la “operación centro” entre Ciudad de México, Hidalgo y Estado de México, se encuentra en la estrategia política de los mecanismos legales y de facto de la concentración del poder.
En la lectura crítica del ascenso de Julio Menchaca destaca que los vínculos directos con el Poder Ejecutivo de la nación generan un estadio de “seguridad política” donde no existen en los diálogos ambigüedades en las formas y manejos de conducción gubernamental, por ello no es extraño que la relación con Claudia Sheinbaum haya proyectado un crecimiento en las expectativas de desarrollo de Hidalgo.
En estos cambios relacionales de la política en México sobresale el hecho de que el Poder Ejecutivo de la nación opera en la manufactura y diseño de la política nacional en torno al reformismo y la proximidad ciudadana, factores estratégicos de adhesión social que han implicado la comunión entre el gobierno morenista y la ciudadanía. En este tenor, las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca se han convertido no sólo en un juego administrativo de empatía social sino en el trazo de comunión con los decretos presidenciales que se multiplican de manera vertiginosa en el gobierno de Sheinbaum Pardo, y se encuentran operando no sólo en la reivindicación social a través de la generación de oportunidades a la masa desposeída de la nación sino en un nuevo esquema de relaciones políticas en una nítida transición del sistema político en México.
Julio Menchaca está jugando un papel vital en la depuración de las fuerzas del antiguo régimen en Hidalgo. Su intervención política en la modificación de las estructuras de poder no puede parar y ha configurado una inercia de poder, de tal magnitud que tiene postradas a las fuerzas políticas del antiguo régimen, a tal grado que el PRI Hidalgo no sopla en el viento ni de la Bella Airosa ni del país.
Las líneas de acción política del gobierno de Menchaca Salazar ahora presentan miras de mayores alcances. La concreción de la tarea pública es una herramienta de conducción y adhesión política, por lo que, frente a la sucesión gubernamental en Hidalgo en 2028, también sobresale el trabajo hacia la sucesión presidencial de 2030.
Nunca antes Hidalgo había tenido un peso de enroque político como el de Julio Menchaca con el Poder Ejecutivo Federal. El mensaje político es claro y se clarifica a pasos agigantados en el país. Morena condensa una fuerza política plurisocial, es en realidad la expresión acabada de que un movimiento político siempre será, invariablemente, más que un partido político, esto explica el peso de las Rutas de la Transformación de Julio Menchaca a las que ya le siguen las réplicas de otros gobernadores en el país.
Las nuevas Rutas de la Transformación en Hidalgo son ya el prolegómeno del afianzamiento y consolidación política de Morena, y tienen un trazo indiscutible de empoderamiento del proyecto político de la 4T. El incremento de la empatía social en torno a Morena es impresionante en la nación, parece develar que las razones de la generación de oportunidades y proximidad social a los sectores desposeídos están creando una fuerza inédita en los movimientos sociales de América Latina, lo que está escribiendo una nueva historia política en México.