Allá por los años 70 había una caricatura de un tiburón que se llamaba Mandibulín, que se hizo famosa por la frase: “Nadie me respeta”; no lo tomaban en serio porque sus hechos y dichos eran más para divertir. Y es que el respeto se gana, no se tiene como herencia, por pertenecer a algún grupo u ostentar un cargo; es resultado de una correcta conducta en el encargo que se tiene.
Si aceptamos que el respeto es la valoración especial que se le tiene a alguien, ya sea una persona, idea o institución, como reconocimiento a su valor social, se debe considerar que no se puede dar si no hay reciprocidad, es decir, no se puede exigir respeto si no se da.
No es posible andar gritando como lo hace el Mandibulín hidalguense, al que no respetan porque en actitud de “chillón” -como suele tachar a sus compañeros- exige lo que no está dispuesto a dar, se queja de que le manchan su túnica blanca cuando se ha cansado de tirar lodo amparado por su jefe, que lo cilindrea para que se mueva de acuerdo al guión que se le dicta.
Dice el Mandibulín de Hidalgo que atacan a su persona y al Congreso y que eso es una falta de respeto, porque le dicen queatiende más a su jefe que al estado, como es su obligación, y que a él “nadie le da órdenes”.
Su enojo provoca risa, porque en el mismo Congreso sus compañeros se han cansado de decirle que está al servicio de Gerardo Sosa y los hechos demuestran que es su fiel servidor gracias a acciones lamentables como abrirle las puertas del Poder Legislativo para que fuera a defenderse de la acusación de lavado de dinero, o de ir corriendo hasta San Lázaro para que defendieran a su jefecito, o estar presente en eventos del Grupo Universidad.
Sin duda, es un hombre agradecido… con su patrón, de modo que se coloca muy lejos de las reglas de Andrés Manuel López Obrador de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, pues adjudicar 750 millones de pesos para fines electorales, sólo para los morenos y los añadidos, no es un manejo honesto del dinero público y menos lo es poner ese dinero a disposición de la UAEH, dejando sin apoyo a 18 universidades públicas. Con esas acciones se le miente al pueblo, se abusa del dinero de Hidalgo y se traiciona a Hidalgo.
Por desgracia, los morenos de Hidalgo no tienen qué celebrar porque ni partido tienen.
En cuanto a la supuesta falta de respeto que acusa Mandibulín, no tiene base porque fue él quien empezó con estas actitudes, desde el cerco al Congreso para frenar una sesión, hasta sus desplantes para pedir juicio político contra el gobernador y la desaparición de poderes, intentos que no prosperaron porque a nivel federal ni los pelaron.
Don Mandibulín debería entender que el respeto es un valor que sólo se da cuando es de ida y de regreso, como decía el gran Velibor “Bora” Milutinovic: “Tú respetas, yo respeto”. Y más profundamente lo que dijo un humilde carpintero judío hace casi dos mil años y que sigue vigente: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan”.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.