Los festejos del triunfo de Claudia Sheinbaum aún no culminan, pero en Morena Hidalgo existen cuentas por saldar, deudas irrevocables de un proceso de depuración política antes de iniciar el 2º Piso de la 4T.
En el balance de la elección presidencial en Hidalgo, la izquierda de la 4T aportó un millón de votos, los cuales no son precisamente producto de una plena convicción política sobre las implicaciones instruidas de la ciudadanía frente a la conducción política del partido que lidera Marco Rico, sino el efecto del capital político de López Obrador, que pasará a la historia como el presidente más importante y popular posrevolucionario en México, porque se opuso a las lógicas de los posrevolucionarios y conformó un pensamiento antisistémico al antiguo régimen.
En este trazo, la estructura de Morena Hidalgo no ha purificado la 4T. El partido guinda se encuentra infiltrado, al igual que el gobierno de Julio Menchaca, de “conversos políticos”, personeros que históricamente engrosaron las filas de la oposición y que hoy deambulan con singular alegría con chalecos guinda sin que ello implique que su conversión política atiende a la conciencia de la defección, sino a lo mismo que engendró López Obrador, una transformación.
En este sentido, la deuda política de la purificación de cuadros y estructuras de Morena Hidalgo juega a contrapelo en un momento donde la definición política no admitirá vuelta de hoja porque la postura del gobierno de Claudia Sheinbaum estriba en profundizar los cimientos de la 4T para darle un segundo piso, lo cual ya causó disparidad entre las acciones del partido guinda y la conducción del gobierno de Julio Menchaca en Hidalgo. El partido camina al margen de las acciones de gobierno.
De acuerdo a Umberto Maturana, biólogo de talla internacional, “transformación y cambio” no son sinónimos. En la transformación de un ser biológico o un ente político, algo se conserva; en el caso del cambio, no.
En este entramado, la transformación en Morena Hidalgo ha conservado los matices del antiguo régimen, que, en sus inercias, esconde a personeros y acciones administrativas que todavía funcionan bajo las lógicas orgánicas de las estructuras del antiguo régimen. Lo que admite que el enemigo parasita la transformación de la 4T.
Es verdad que toda depuración es un proceso pero no se inicia con medicamentos contraindicados para su tratamiento. Por ende, más allá de los festejos lógicos del triunfo del 2 de junio, Morena Hidalgo deberá rearticular el trabajo y sus tareas en la depuración de sus estructuras políticas que lo pusieron antes y durante el proceso electoral en jaque y que causaron estragos en el cierre de filas al interior del partido.
El líder de Morena Hidalgo, Marco Rico, tiene evidencias empíricas del obstruccionismo político que causaron los grupúsculos de poder al interior del partido guinda, por lo que el 2º Piso de la transformación inicia en la depuración política. Hacer del equilibrio de fuerzas es el imperativo que permite sanear el peso de la estructura del partido, de lo contrario la transformación y los conversos políticos del antiguo régimen seguirán socavando los cimientos de la 4T.
No se puede dormir con el enemigo en casa.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
