Alentador ha sido para los habitantes de la zona de Tula saber que Pemex está por iniciar importantes trabajos de modernización en la refinería Miguel Hidalgo, que va a representar una derrama económica de más de 55 mil millones de pesos, según información dada a conocer en fecha reciente.
Sabemos todos que este complejo industrial que se instaló en las inmediaciones de los municipios de Tula y Atitalaquia en la década de los 70 representa una de las más importantes fuentes de empleo en materia industrial para gran parte de sus pobladores, al igual que la termoeléctrica de la CFE y las cementeras, entre otras importantes factorías.
Mucho se ha dicho que hoy la humanidad camina por rumbo distinto al uso de combustibles, como los que se procesan derivados del petróleo. En ello se ha insistido cuando, por ejemplo, se habla de que la construcción de la refinería en Dos Bocas, en Tabasco, es un salto al vacío de parte del gobierno federal.
Tal vez no les falte razón, pero no creemos que haya alguien que se atreva a predecir hasta cuándo, en qué año la gasolina, el diesel y otros productos de este tipo dejarán de mover al mundo como hoy sucede. Está claro que en un ambiente tan contaminado como el que padecemos particularmente en Tula, la ciencia se preocupa por sentar las bases de la llamada “industria limpia”.
Resulta paradójico que el progreso, el desarrollo de la sociedad y su economía deba de ir en México en proporción directa a la contaminación ambiental que provoca. Tal vez nadie puede negar que el daño que hoy en día causan Pemex, CFE y otras industrias de menos magnitud, pero tal vez de más contaminación, como Clarimex, puede ser irreparable para la salud de la población, pero son cientos, miles de familias las que directa o indirectamente dependemos de una industria en desarrollo.
Claro, hay países poderosos como Japón o Estados Unidos cuya economía depende en gran parte de su propia industria. La clave es trabajar, avanzar, transformar, sí pero sin contaminar, o cuando menos sin los altos niveles que aquí se acostumbran. Nada sencillo, pero debe ser tarea primordial de un gobierno que hoy en día, como nos dijo un amigo, busca “transformar el modelo de desarrollo económico”.
El plan dado a conocer para invertir tan importante suma de millones a la refinería de Tula es que en 28 meses los trabajos estén concluidos con una derrama económica asociada que incluye hasta seis mil empleos directos y alrededor de nueve mil 500 indirectos durante el pico de su ejecución.
Lo anterior va a representar un respiro para la economía local, tan maltrecha por la pandemia y otros factores, directa o indirectamente consecuencia de ella, como el alto desempleo, la menguada educación, en materia de salud ni se diga, el turismo también disminuido, con todo ello el comercio local padeciendo desde hace meses, etcétera.
En la refinería Miguel Hidalgo, de acuerdo a la ficha técnica del proyecto, se procesarán gasolinas y diesel limpio de ultra bajo contenido de azufre, lo que le permitirá a México –ya junto con la refinería de Dos Bocas y la de Deer Park- estar en condiciones de exportar casi 150 mil barriles diarios de combustible de excelente calidad.
El documento que emite la filial de Pemex, Transformación Industrial, asegura que la implementación del proyecto permitirá eliminar casi 500 mil toneladas al año de dióxido de carbono a la atmósfera de la región de Tula, que es, como sabemos, una de las zonas más contaminadas del país.
La vida sigue, la población debe buscar de qué vivir. Ojalá haya empleo para mucha gente, bien pagado e, importantísimo, que el gobierno implemente lo necesario para que la contaminación sea lo menos posible. El trabajo y la industria no pueden parar y menos desaparecer.
Por hoy es todo, nos leemos en la siguiente entrega pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.
