El primer estreno mexicano tras la pandemia es Amores modernos, el sexto largometraje de Matías Meyer.
El guion de María Camila Arias y Edgar Chíasretrata a una familia mexicana disfuncional.
Durante el funeral de Armida (Concepción Márquez) se reúnen sus hijos, el malencarado Carlos (Andrés Almeida) y el exiliado por gay Alex (Leonardo Ortiz Gris), que sufren una doble sorpresa cuando su tuerto padre (Diego de Icaza) les revela que sufre de alzheimer y les presenta a una media hermana treintona, Rocío (la arielada Ilse Salas), a la que Alex de inmediato apoda Rocky. Esta acaba de romper con su pareja, el conferencista Pavel (Raúl Briones, poco creíble), mientras que Carlos está a punto de tronar con su esposa, Ana (Ludwika Paleta). Así, pues, lo único que les queda es la familia.
Luego de Los últimos cristeros y Wadley,Meyer incursiona en el cine comercial, apoyado por un buen reparto, en el que sobresalen Ilse y Leonardo, quienes ya habían participado juntos en Güeros.
Con todo, se trata de un filme no del todo logrado, aunque resulta interesante y es una buena oportunidad para apoyar el cine mexicano, tan necesitado como siempre de público.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.